jueves, 23 de mayo de 2019

CARAMBOLAS FILATÉLICAS 1

Por: Vladimir Berrío-Lemm.

Llamamos así a esta entrada en función que vamos a ilustrarlas con sellos postales oficiales y privados que tienen relación directa o indirecta con Panamá.

La finalidad de este blog, valga reiterar, es promover la existencia de la filatelia, formar nuevos filatelistas, expandir este coleccionismo y sus ramificaciones con lo cual estaremos fomentando la amistad y solidaridad mundial.

Empecemos.

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El Ingeniero civil Philippe Bunau Varilla, ex directivo de la Nouvelle Compagnie du Canal de Panamá, estaba muy contento cuando los congresistas de Estados Unidos aceptaron revisar la cuestión si sería o no oportuno para Estados Unidos hacer un Canal por América Central.

Los comités eran partidarios de la ruta de Nicaragua, pero se aceptó la posibilidad que la ruta de Panamá fuera empleada también.  Entablado el debate el Congreso de Estados Unidos se convirtió en un campo de batalla en donde poco faltó para llegar a las manos y a las armas.  Pese a todos los artículos, conferencias y un libro sobre el tema escritos por el francés, todo parecía estancado.

Fue entonces que paseando por una calle vio un negocio de novedades para coleccionistas, y en particular, un anuncio de una emisión ordinaria de Nicaragua.  Había sido impresa por el American Bank Note Company de New York.

Al mirarla con calma, vio la orilla del Lago de Nicaragua con un tramo de construcción de un tren.  Y al fondo, dominando la escena, el volcán Momotombo con un penacho de humo.  Eso lo hizo reaccionar violentamente y entró a comprar tantos sellos de esa emisión como miembros tuviera el Congreso, y llegando a una imprenta pidió le hicieran igual cantidad de tarjetas de cartulina donde de un lado pegó en su hotel el sello postal con una indicación: "Testigo oficial de la actividad volcánica en Nicaragua.  ¿Es aquí donde pretendemos hacer un canal?"  Del otro lado escribió uno a uno los nombres de los congresistas.

Al entregar las tarjetas fue como si explotara una bomba por el debate recrudecido y corrosivo que se desató.  Sin embargo, para mediodía todo quedó en empate.   Casi al mismo tiempo entró un mensajero para entregar un mensaje al presidente de la cámara, el cual le dio lectura: el volcán Mount Pelé había hecho erupción destruyendo la mitad de la isla Martinica y dejando muertos a todos sus habitantes excepto un preso.


Se hizo silencio sepulcral y entonces los partidarios de la ruta de Panamá, encabezados por el Senador Hanna, tiraron su artillería y la sesión quedó del lado de Panamá por poquísima mayoría.

Es por ello que se acostumbra decir, con propiedad, que este sello postal cambió la historia.

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Después de grandes desavenencias entre Costa Rica y Colombia hasta 1903 y luego entre ésta y Panamá, se dio un status quo limítrofe donde el Laudo Loubet era aceptado de la mitad de la frontera hacia el Pacífico pero no hacia el Atlántico.  Para entonces la parte de Coto pertenecía al Istmo.

 

Se negociaron tratados sin éxito por la pretensión costarricense que su frontera era hasta la isla Escudo de Veraguas.   De común acuerdo el caso de interpretar la frontera norte pasó al Presidente de la Corte Suprema en Washington para que un tercero no vinculado resolviera.  Pero él se parcializó hacia los grandes intereses de Estados Unidos en la región por las compañías fruteras del lado tico, y haciendo lo que no se le pidió, reinterpretó todo el Laudo y dictó nuevas fronteras en gran menoscabo para Panamá.

Denunciado el Fallo White, se volvió a un status quo que en 1921 se rompió cuando Costa Rica ocupó Coto.  Panamá respondió y al ir ganando la contienda, Estados Unidos informó que si Panamá no se retiraba y acataba el Fallo, iniciarían bombardeo a las ciudades de Panamá y Colón.

Se tuvo que ceder.

En 1941 el gesto amistoso entre los presidentes de ambos países Rafael Calderón Guardia y Arnulfo Arias Madrid, dieron con la solución limítrofe.  Costa Rica ordenó sobreimprimir unos sellos postales de los cuales muchísimos quedaron invertidos.  Panamá no tuvo reacción postal sino hasta 1961.

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Costa Rica tiene una interesantísima carambola.



La imagen nos muestra lo que originalmente era el sello postal SG 332 (Catálogo Scott), de 1943-48, del juego que muestra a Juan Mora Fernández.   Sin embargo, es un sello que se sobreimprime para aquella correspondencia que transitará para Panamá para tomar la vía aérea desde el puerto de Cristóbal, a un lado de la ciudad de Colón.

Llama un poco a confusión porque está escrito Aéreo - Puerto  Pero se refiere a servicio aéreo y a Puerto Cristóbal, en Colón.

Debemos anotar que no fue hasta 1958 que abrió sus puertas el primer aeropuerto internacional con el cual Costa Rica podía surtir las necesidades de carga postal.   Desde 1932 ya funcionaba recibiendo pequeños vuelos exteriores el Aeropuerto de Albrook Field, en la Panama Canal Zone.  Entendemos que la correspondencia salida de Costa Rica debía llegar al Puerto de Cristóbal de donde por tren sería despachada a Albrook para  tomar la ruta aérea.  Con ello se ahorraba mucho tiempo que hacerlo totalmente por barco.


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La siguiente carambola nos la da el American Banknote Company de New York, USA.



Es un curioso caso de pereza histórica y artística.

En efecto, Francisco Hernández de Córdoba fue un personaje de relieve en el proceso de conquista y colonización en Nicaragua.  Cuando se ordenó hacer una serie postal con este personaje, la imprenta hizo tal cual se solicitó y quedó un bonito sello postal para 1924 hecho en grabado de acero doble impreso (centro y marco).

Pero...

Ya en 1906 Panamá había ordenado una serie ordinaria que uno de sus valores estaba dedicado a Antonio Fernández de Córdoba, Gobernador y Presidente de la Real Audiencia de Panamá, a quien toco mudar la ciudad de su asiento en la arruinada Panamá Viejo al sitio a las faldas del Cerro Ancón el 21 de enero de 1673.  La impresión fue en grabado de acero el centro y litografía el marco.

En el Scott Standard Postage Stamp Catalogue, hasta   algo así como 1993, habían colocado para la colección de Panamá que el personaje era el nicaragüense.  Mi humilde pluma escribió a la editorial pidiendo explicaciones y dijeron que la imprenta tomó el diseño de Panamá y lo redibujó para Nicaragua.  Por otro lado, que al decir sólo Fernández y que en español a veces la F y la H se confunden, ellos acudieron a la fuente más grande de conocimiento mundial que existe (el Webster Biographical World Dictionary... o sea)  y allí al ver que decía Francisco Hernández de Córdoba decidieron que en Panamá debía decir igual y por ello la descripción del sello decía tal cual, hasta que finalmente se dieron cuenta del error y lo corrigieron.

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Pero el asunto de carambolas no queda allí:

En esta actualización del 10 de noviembre de 2019 añado lo siguiente:




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En otro momento seguiremos viendo estas curiosas carambolas filatélicas relacionadas a Panamá.

Saludos.








lunes, 20 de mayo de 2019

UNA EMISION QUE NUNCA FUE PERO QUE SE SIGUE VENDIENDO

Decidimos actualizar y llevar a nueva publicación este, nuestro primer artículo del blog, hoy hace 8 años.

La Gaceta Oficial 7,153 del año 1935 aparece el Decreto Ejecutivo 205 mediante el cual se obtenía la autorización para una serie titulada Emisión conmemorativa al Descubrimiento de América. De la misma se confeccionaron diez valores en litografía monócroma con texto en tipografía de otro color a través de la Sociedad Colombista Panamericana (Cuba).

Perforadas, posiblemente impresas en Cuba en papel algo grueso, girando hacia acartonado. Debían estar a la venta entre el 12 y 31 de octubre de 1935, El remanente debía ser enviado a la Habana, al Presidente de la Sociedad para que dispusiera de las estampillas como quisiera.

En la Gaceta Oficial 7,159 aparece el Decreto Ejecutivo 215 que deroga totalmente el Decreto 205, pues ya se había investigado que la emisión estaba lista y sólo en espera de una norma legal que la prohijara y legalizara. Habían contratos y situaciones similares en varias partes de América, que igual que en Panamá, no procedieron a su implementación porque sería prestarse el Estado para una especulación.




Estos valores, que nunca fueron emitidos por la República de Panamá, sin embargo, aparecen en catálogos especializados como si fueran pruebas de impresión y a precios muy elevados. Panamá nunca recibió el producto impreso, por lo que mal podría venderse como prueba rechazada.

Ante la negativa panameña, en algún momento fueron vendidas por lotes a comerciantes que a su vez la han seguido vendiendo hasta hoy.

Bienvenida cualquier colaboración, imagen o comentario de este y otros temas.  En la filatelia nunca se deja de aprender algo nuevo.



Vladimir Berrío-Lemm
panahistoria@gmail.com

jueves, 16 de mayo de 2019

LEYENDO UN SOBRE CIRCULADO

Hola.

El sobre de una carta (o bien el que contiene algo y se envía), lo primero que nos viene a la mente es recortarle donde está el franqueo mecánico, impreso o adherido, y tirar el resto.

Esto tal vez funcione para la modernidad.  Sin embargo, es bueno ver con calma estos sobres por el anverso y el reverso.


El anverso o portada de este sobre nos indica unos detalles.

1- La dirección del destinatario en Providence, Rhode Island, en Estados Unidos.

2- Un sello postal originalmente de cuando Panamá era parte de Colombia, de la serie provisional de 1892 que se sobreimprimió a partir del 5 de noviembre de 1903 cuando dicho territorio se declaró definitivamente separado de Colombia el 3 de noviembre de ese año.

3- Un cancelador de tres círculos concéntricos para anular ese sello postal y evitar con ello un fraude postal.

4- Un sello de goma o gomífero de agencia postal fechero, que nos indica que la carta fue colocada en la Ciudad de Colón, el 22 de mayo de 1905 sin indicación de hora.




Viendo el reverso, nos damos cuenta que usaron el sistema antiguo según el cual los gomíferos de recibo se colocaban al revés respecto de los sellos del país remitente.

Allí podemos ver 3 detalles.

1- Lo ya dicho, están impresos en la parte inferior del reverso.

2- Uno era el franqueo mecánico que se usaba para  anular franqueos pero que también se usaba como fecha de recibo en ausencia de otro tipo.  Dice que el sobre llegó (obviamente) vía barco al puerto de New Orleans, en Lousiana, a donde llegçó el mes de junio pero no se ve el día específico, pero sí que llegó a las 12:30pm de tal día.

3- otro sello de goma, del que depende el ondulado mecánico, el cual nos indica que el sobre fue trasladado (sea en tren o en otro barco) a la oficina postal de Providence en Rhode Island. Indica que llegó el 3 de junio a las 8:30pm

4- Especulación.  La fecha con hora que sí aparece nos puede indicar que la fecha de recibo en New Orleans podría haber sido el 30 de mayo o el 1 de junio, pero como queda consignado, a título de especulación.

¿Se dieron cuenta?

Toda una historia.

Entonces, en caso de no saber si el sello postal es o no legítimo, nos ayuda mucho ver su situación respecto del sobre en que viene adherido.  Un tal sobre nos funciona mejor para demostrar algo en un marco de exposición filatélica con reglas FIAF.

Si separamos el sello postal y nos deshacemos del sobre... claro.  Puede hacerse.  Pero no es si puede hacerse.  Se trata si se deberá o no hacerlo.

Nosotros recomendamos humildemente mantener la integridad de la pieza, que además, ya pasa de ciento de año y son muy difíciles de obtener.

¡Saludos!

miércoles, 15 de mayo de 2019

JUSTO AROSEMENA, el panameño.

JOSÉ JUSTO DEL CARMEN AROSEMENA QUESADA.
Una dimensión que no ha sabido aquilatarse.

Por: Vladimir Berrío-Lemm


Mucho se ha escrito y se ha dicho sobre Justo Arosemena.  Más ya es hora de que en homenaje a su recuerdo, tratemos de imitarlo, de superar su amor por el estudio, su culto fervoroso a la verdad y a la justicia, su respeto a los principios y su todavía inigualado desinterés patriótico.
Manuel Roy

Introduciéndonos al universo humano llamado Justo Arosemena.

Hablar de esta persona nacida en 1817 no vamos a decir que es difícil, ni que es un alto honor, o que lo que con las palabras solemos decir cuando no tenemos realmente nada qué decir.  Hay que ser honestos.  Por ello es mejor iniciar este discurso citando a quien mejor puede explicarnos que Arosemena realmente es una dimensión que no ha sabido aquilatarse.  Esto es, leyéndolo a él, y por supuesto, lo que otros escribieron de él.  Hay mucho material impreso sobre este gran ciudadano universal panameño.  Por ello seremos breves no por modestia, sino simplemente porque el huerto donde está plantado su legado, no hay que diseñarlo ni iniciarlo.  Ya existe.  Sólo hay que leerlo, investigarlo, hacerlo actual.  Nosotros sólo tenemos la tarea de recordarlo, a mucha honra.  Y empezaremos por un dato de erudición, de alto intelecto con que se inaugura Justo Arosemena en el mundo del Derecho.

Con motivo de entregarse en ciudad de México una estatua de nuestro compatriota en 1955, año en que se ajustaba el centenario de la declaración del Estado Federal Soberano de Panamá por un lado, y los 138 años del natalicio de nuestro personaje, el prestigioso hombre de leyes, letras y jurisprudencia José Isaac Fábrega ([1]) rastreó el pasado educativo superior de Arosemena, y dijo:

“Es 1837. Y a los veinte años de edad, es recibido en Nueva Granada de doctor en Jurisprudencia.  Su nueva meta académica es la República de Chile, a la cual llegará un día en revalidación de su título, para que se diga noblemente en el Consejo de los ilustres claustros santiaguinos: ‘Arosemena no ha venido a someterse a un examen, sino a enseñarnos cosas que no sabemos’.”.

JSUTO AROSEMENA CIUDAD DE Mexico
Monumento a Justo Arosemena en Ciudad de México, 1955.  Igual que el de Panamá, realizado por el escultor Victorio Macho.

La dimensión de Arosemena tal vez se oculta en su herencia genética y cultural por lo que habremos de reiniciar ahora de modo clásico.  Justo Arosemena Quesada era hijo de Mariano Arosemena de la Barrera y su esposa Dolores Quesada y Velarde.  Nació el 9 de agosto de 1817 en el seno de una familia de nombre, apellido y fortuna que su núcleo proviene de Panamá Viejo.  Su linaje es fácil de seguir consultando simplemente las partidas de bautizo eclesiásticas.  Mariano era hijo de Pablo Arosemena y su esposa Martina de la Barrera y así, hasta el Siglo XVII.  Su familia se caracterizó por creer en el comercio y el esfuerzo personal para obtener las metas propuestas.

 

Foto de cuadro de Mariano Arosemena de la Barrera.  Clásica imagen del Dr. Justo Arosemena, ya mayor.

Mariano ya era un revolucionario en su época si pensamos que la sociedad colonial era quieta.  Esa sociedad panameña conoce a una persona que desea publicar artículos, que introduce la imprenta y que publica las nociones de libertad con que Panamá debía ilustrarse.  Era persona de una pieza, gran energía y de los que se decía, como piensa habla y como habla actúa, sobre todo coinciden en que su actuar fue desde muy joven.  Él mismo y sus ancestros ocuparon cargos públicos en la Colonia de donde sabían además lo que era la administración pública y con ello, los malos gobiernos coloniales hacia las colonias.  Su vida es, pues, una continua escuela que pese a lo que pueda pensarse del libre-comercio o de pertenecer a un estrato burgués de la sociedad, también es una vida notoriamente ístmico-céntrica.


Emisiones postales de 1906 y 1909 sobre Justo Arosemena, una de ellas usada por el Convenio Taft para el franqueo de correspondencia en la Panama Canal Zone.

Sirvió a su patria chica, y de modo eminente como servidor público. En tiempos del Estado del Istmo, 1840-41, fungió como Secretario de Asuntos Exteriores.  Fue varias veces cónsul y embajador.  Más veces fue político en Panamá, y pese a no ser historiador ni propiamente escritor, nos ha dejado un panorama fácil de seguir de cómo era Panamá cuando la independencia de España, y luego un prontuario por décadas.

Esa es la influencia hogareña que tuvo don Justo en casa. Y pensamos que don Mariano debió ser un padre muy  moderno porque aunque marcó a su hijo, el crecimiento del Justo joven se diferencia notablemente del pensamiento de su progenitor.

El hombre Justo Arosemena

Como ciudadano fue austero; como hombre de partido, fiel; como magistrado, recto; como legislador, ecuánime: en suma, fue un patricio inmaculado.    Guillermo Andreve.

Mariano Arosemena tuvo mucho gozo al percatarse que su hijo Justo era despierto y con facilidad de aprender.  Por ello inició estudios desde los 5 años y se convirtió en  ávido lector y dominaba el idioma inglés al término de la secundaria.  Por cómo fue Justo, podemos asumir cómo fueron sus familiares.  El joven Justo demostró su amor por su patria chica desde que buscó su licenciatura y posterior doctorado haciendo ver la necesidad de independizar en lo judicial al Istmo y de administrar correctamente sus recursos y particularmente la región de Bocas del Toro

Demostró, siendo un genio de su época, que tenía una visión muy concreta del hoy catapultado del ayer.  El futuro lo veía en función del beneficio de hacer cambios e implementar acciones tendientes a mejorar ese hoy de modo que el futuro no tuviera que seguir perfeccionándolo.   Su afán de perfeccionar y su grado de sabiduría llegaron a ocasionar que lo tildaran de loco cuando veían que iba a entrar.  Pero esa palabra, loco, con lo peyorativa que pudiera sonar, dicha con mucho respeto y más bien como “ahí viene el que nos va a corregir”.

Sello postal de 1972, serie turística, que muestra la estatua sedente de Justo Arosemena al colocarse por primera vez en la Universidad de Panamá.  Sobreimpresión de 1973 con motivo de la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Panamá.

Pues bien, este corrector natural, y sobre todo auto corrector, decidió ser factor social y se casa dos veces teniendo hijos en ambas ocasiones.  La primera en 1838 de la cual nacen 4 hijos, enviudando en 1850.  La segunda, en 1858, habiendo otro hijo en tanto que para 1867 ya era abuelo, coincidiendo con la muerte de su padre.  Es sobreviviente de dos nietas y tres hijos que mueren por fiebre amarilla.  Vive sin embargo, casi 80 años, tan productivos como eficientes, con dosis de alegría, tristeza, triunfos, fracasos, orgullos y vergüenzas.  A veces muy bien en lo económico, otras apenas lo justo para hoy considerarlo clase media acomodada.

El escritor Justo Arosemena

Y como quiera que los panameños hemos sido culpados de sólo ver al autor del Estado Federal y olvidar al hombre, al autor, o como muy bien acota la enciclopedia libre Wikipedia, “jurista, estadista, escritor, político, profesor, orador, economista, codificador, reformista, historiador y diplomático”, hablaremos de su producción escrita que no se limita al aspecto de gobernanza o política.
En 1839 escribe “Estado económico del Istmo”, un estudio.

En 1840 publica en Estados Unidos “Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas”.  El mismo año escribe además, “Cultivo del tabaco” y también “Instrucciones para el cultivo del cacao”.



Bandera y Escudo de Armas que corresponden al ejercicio del Estado Federal de Panamá, luego llamado Estado Soberano de Panamá.

En 1841 y con motivo del Estado del Istmo, obra de Tomás Herrera, redacta el proyecto de Constitución del Estado Soberano de Panamá acompañado de varios proyectos de Leyes que la desarrollan.  Ese año escribe sin publicar dos estudios. Uno es “La suerte del Istmo” y el otro, “Revolución del Istmo”.

1842 escribe sin publicar el “Remitido”, donde analiza y da validez a la jurisprudencia producida durante el Estado del Istmo.  Ese año y en exilio en Perú, además de fundar un periódico donde publica varios artículos, la unión de esos artículos dio un libro titulado “Principios de moral y política en un catecismo y varios artículos sueltos”.

Ese año y el siguiente publicó numerosos artículos a favor del gobierno de turno.  Los títulos de estas obras son muy sugerentes: “Los partidos políticos”; “La legitimidad”; “El peruano y la nacionalidad”; “La guerra civil”, “El espíritu de facción”; “La razón y la fuerza”; “Policía” o bien “Lealtad”.

En 1844 de regreso a Panamá y en cuatro partes en periódico, publicó “Comunicación intermarina”.
1845 escribió los distintos capítulos para una obra que no se publicó, sobre moral y materias económicas titulada “Sociología aplicada” que no culminará hasta 1886 aunque sin publicar.  El mismo año publica en Bogotá “Examen sobre la franca comunicación entre los dos océanos por el Istmo de Panamá” sin dejar su quehacer de articulista en periódicos, y la memoria inédita “Industria en el Istmo”.

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En 1846 publica en Bogotá “Nuestros intereses materiales”, obra sobre la educación.

En 1848, y para sorpresa de muchos, escribió en periódicos de Bogotá el fundamento para autorizar la concesión administrativa que permitiría construir el Ferrocarril de Panamá, titulada “Ley de salvación del Istmo”.  Al año siguiente publica “Catecismo de moral pública” además de artículos periodísticos.

En 1852 inicia su cruzada para lograr el sistema de federalismo para el Istmo y empieza a escribir sobre Estados Unidos.  Al año siguiente presenta una colección de códigos al Congreso pero sólo uno es adoptado.  Lástima porque habrían hecho a Colombia un país moderno.  El Estado Federal, tanto la obra escrita como el logro constitucional se logra en 1855.  Sin embargo, no fue hasta 1960, y gracias a la labor de investigación realizada en Colombia por el gran Rodrigo Miró, que nos dimos cuenta que la edición del Estado Federal que circulaba por nuestra tierra era incompleta.  En efecto, él halló el original y el mismo tenía tres apéndices.  Fue micro fotografiado y transcrito en Panamá para la edición de ese año de esta obra, por primera vez completa en Panamá ([2]).


AGOSTO 1951 U DE PANAMA
Monumento inaugurado en 1951 en la Universidad de Panamá, y colocado finalmente en la Facultad de Derecho.

En 1856 esgrime artículos de proteccionismo istmeño frente a la desaparición de las aduanas y los ataques de La Estrella de Panamá.  Allí arriesga un comentario realmente atrevido: “el Istmo tiene para separarse de la Nueva Granada el mismo derecho que tuvo ésta para independizarse de la España”.

Se convierte en hostil persona hacia intereses de Estados Unidos en Panamá por lo cual produce una serie de artículos que se publican aquí y en Estados Unidos.

En 1860 logra publicar en Bogotá “Código de moral fundada en la naturaleza del hombre” y al año siguiente, cuando los sucesos revolucionarios y separatistas de ese año, se suma a la redacción del llamado “Convenio de Colón” por el cual nos volvíamos a unir a Colombia.

 Sello postal de 1906 con centro invertido.    Monedas en honor a Justo Arosemena


Gracias a ser el representante colombiano ante el Congreso Hispanoamericanista de Perú en 1864, actualiza a su manera la idea de la mancomunidad americana querida por Bolívar mediante su obra “Estudio sobre la idea de una liga americana”.   Por su parte para 1866 redactó un proyecto de Constitución para Perú, se habilitó para ejercer en Chile y publicó la tesis “El matrimonio ante la Ley”.  Igualmente insiste con otros artículos y cartas la necesidad de lograr una doctrina bolivariana para contraponerla a la doctrina Monroe.

En 1870 entre otros logros publica en Francia la gran obra “Constituciones Políticas de América Meridional”.  En poco tiempo ve la prensa la obra “Historia de la deuda exterior colombiana. Breve historia del arreglo de 1873”.  Y en 1879 sorprende radicalmente al publicar en Inglaterra, y en inglés, la obra “The institution of marriage in the United Kingdom”.   En esa ciudad inicia en 1877 pero concluirá en 1879 “La revolución en Colombia” y al año siguiente la segunda edición de “Estudios constitucionales sobre los gobiernos de América Latina” y en 1870 la segunda edición de la obra sobre el matrimonio.  Ante la ira que desató en Estados Unidos la futura construcción de un canal por los franceses, en inglés y en aquel país publicó “The Panama Canal in the light of American interests” y artículos de periódico como “Justice” y reportajes para orientar la opinión pública sobre el canal.

Sobre de primer día de emisión con motivo del centenario del deceso de Justo Arosemena, que muestra el cuadro que le pintó el maestro Juan Manuel Cedeño.

Iniciada la obra del Canal ejerce cargos públicos diplomáticos como en el pasado. Publica en Bogotá “Límites entre los Estados Unidos de Colombia y los Estados Unidos de Venezuela.  Estudios didácticos para servir de fundamento a un proyecto de tratado”.

A una década de su fallecimiento, sigue escribiendo proyecto de una constitución para mantener el federalismo colombiano, ejercer como abogado, como servidor público, como redactor de artículos periodísticos en Estados Unidos, Panamá y Bogotá.  Se consagra como escritor bilingüe en 1893 con la obra “History and status of suffrage in Colombia”.  También redactó un decreto anticipado en el tiempo sobre materia laboral que incluía trabajo de niños y mujeres, seguridad laboral, huelgas y contrataciones.


OLEO
Cuadro pintado técnica óleo sobre lienzo por Juan Manuel Cedeño en 1967.  Hay otros cuadros.

Su historia como productor de obras escritas de muchísimas áreas del conocimiento humano sólo concluyen con su muerte, acaecida en Colón el 24 de febrero de 1896.

Esta mención no es exhaustiva sino sólo a título de tener una primera visión de su dimensión como escritor.  Habría otra respecto de quiénes han escrito sobre él.  Pasan de 70 estas obras.

El Pensador Justo Arosemena, latinoamericanista.

El Dr. Justo Arosemena es el hombre que vivió una vida hecha en la fragua de la grandeza moral y que con su obra dejó el nombre de Panamá escrito con caracteres gloriosos en las páginas de la historia americana.   Esther Neira de Calvo.


Monumento a Justo Arosemena, inaugurado en 1951 en la Universidad de Panama, y colocado finalmente a un costado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas.  Es el mismo concepto y obra del mismo escultor, Victorio Macho, que el monumento de México.

La obra llamada Apuntamientos, de don Justo, ha sido clasificada como parte de las ciencias morales y políticas, o sea, la pracciología, que a su vez es la ciencia de las acciones humanas ([3]).
Lo cierto es, y es la pluma de José Martí la que nos ilustra, que “Cecilio Acosta, luego de pergueñar un madrigal, recortar una lira o atildar un serventesio, abre a Lastarria, relee a Bello, estudia a Arosemena” ([4]) con lo que de paso nos confirma que el excelso Martí también lo estudiaba.
Abundando:

Se sabe que entre los pensadores latinoamericanos más avanzados de entonces, Arosemena fue uno de los que mostró rasgos mejor definidos.  Su ideario todavía destaca por la coherencia y sistematicidad.  Con todo, su actuación política e ideológica tiene dos puntales que –sin ser los únicos- explican y organizan la parte medular de sus concepciones y que, sin embargo, son imperdonablemente poco conocidos.  Estos son: su latinoamericanismo y su antiyanquismo (/puesto que no puede decirse, en su época, su “antimperialismo”, aunque sí se trata de un pensamiento que apunta claramente en esa dirección.

Monedas lanzadas el 15 de mayo de 2019, de 0.25 y de 20.00 en conmemoración del bicentenario del natalicio de Justo Arosemena.


Ese latinoamericanismo sólo ha sido reseñado y… comentado como manifestación de una fantasía idealista, como utopía que no tuviera más sentido que el de cierta ensoñación moral.  Se le resta así la eficacia práctica y política de entonces y de ahora.  Esto resulta de la omisión del segundo puntal – antiyanquismo- que es inseparable del sistema global de sus ideas latinoamericanistas, y que fundamenta su doctrina sobre la organización latinoamericana y la nacionalidad, es más, que de la clave para entender lo que la concepción política y jurídica de Arosemena tiene de peculiar, de actual, de históricamente viva ([5]).

Leyendo cómo Arosemena era elegido para cargos públicos y lo rápido que renunciaba a los mismos, nos hace entender una dimensión importante: él no era un dirigente o caudillo que lleva a la práctica sus ideas.  Él es el mejor ejemplo de pensador, planificador, con la esperanza que otro lleve a la práctica su ideario. Sobre todo siendo parte de un sector minoritario de la población como es el liberal.  En un medio conservador, poco o nada puede realizar un liberal.

La cualidad ideadora queda develada en estas líneas:

Primero es lo concreto; las estructuras políticas son tanto más reales –afirma- cuando más se acercan al átomo social; el Istmo tiene una historia , una naturaleza y una existencia reales, definidas, que se expresan en la nacionalidad tangible de los panameños. En cambio, la Nación (Nueva Granada) es idealidad, abstracción. Pero a partir de estas unidades sociales y políticas simples y concretas, pueden estructurarse federalmente –en igualdad de derechos, de nación, a nación, y no bajo pretensiones abstractas de dominio –los bloques regionales latinoamericanos (como sería el colombiano), fuertes y democráticos, que luego se confederarían en la gran Liga Suramericana, capaz de enfrentar las pretensiones de los yanquis o de las potencias europeas ([6]).

Y llegó a criticar incluso el proyecto de Bolívar precisamente por no dejar claro la idea que cada población con sus costumbres y normas de gobierno interno y sí un vago hálito de centralización a futuro.  Tal vez una de las razones que ocasionó que el Congreso y la Confederación no prosperaran.
Por otra parte, ese pensador, ideador, que se mezcla con el ideólogo liberal y el sediento de panameñidad, parece ser que todavía para 1968 no era del todo conocido en su tierra de nacimiento cuando por obra de edición y prólogo de Ricaurte Soler y Rodrigo Miró, se publican tres documentos que al decir de ellos, habían pasado 100 años en el anonimato. Son estos documentos relacionados a los incidentes en que se asumió la desaparición de obligaciones nacionales por la última revuelta colombiana, y la manera en que pese a todo, Panamá se volvería a unir a la nueva entidad.  Esto tuvo una diatriba amarga y hasta cierto punto de vista, estéril, pero no resta la agilidad mental y emotiva de sus actores, don Gil Colunje y don Justo Arosemena.

 

Emisión postal con motivo del bicentenario del natalicio de Justo Arosemena, Panamá, 2018.  Es la primera hoja recordatorio panameña que señala dirección web y que brinda información en lugar de imágenes.

Un documento es de don Justo, y se llama “El Convenio de Colón.  O sea, los intereses políticos del Estado de Panamá como miembro de la Unión Granadina”.  Otro, de don Gil, se llama “El Ex Plenipotenciario del Estado de Panamá cerca del Gobierno de los Estados Unidos de Colombia”, y el tercero, la respuesta al segundo, también de don Justo, “El ex Plenipotenciario de Panamá responde a una acusación del Sr. Gil Colunje” ([7]).

Del primer documento vale la pena citar lo siguiente:

La escuela gobiernista, a que se alude, profesa, entre otros principios análogos, el de que la soberanía no existe en los Estados que se confederaron por la constitución de 1858, sino en la nación que dichos Estados componen.  Para lo cual tiene que suponer:
  • Que la soberanía no consiste en el gobierno, ni éste en la legislación civil y penal
  • Que los Estados, soberanos antes de confederarse y cuando apenas tenían vínculo de unión entre sí, dejaron de serlo por el simple hecho de la Confederación.
La escuela gobiernista se compone de los hombres en quienes prepondera el espíritu de dominación. Cuando se adueñan del poder nacional, son centralistas, porque de esa manera gobiernan en más grande escala; y si las instituciones son federales, ellos las interpretarán del modo más propio para satisfacer sus instintos.  Sostendrán que la soberanía reside en la Nación y sólo en ella.  Si los textos legales no se prestan bastante a esa interpretación, los alterarán o los torcerán; y sus émulos oponen la resistencia, antes que ceder a la razón y al derecho, tratarán de someterlos por la fuerza.  Tal es la escuela gobiernista.  Pero no se piense que ella es peculiar de nuestra zona: existe donde quiera, roma diferentes formas, nomenclaturas y pretextos; pero siempre es escuela gobiernista, dominadora, intransigente ([8]).


Justo Arosemena INST NAL
Medallón de Justo Arosemena que preside la tribuna de honor del Aula Máxima, Instituto Nacional.  El complejo de edificios fue inaugurado el 17 de julio de 1911.

Disculpándonos una digresión, estas citas aparentemente inconexas, que lo son, hay que llevarlas a la lente de análisis para que tengan significado.  De lo contrario parecerían meramente decorativas.  En los textos citados aquí y en otras partes, vemos abrirse el alma del jurista, del pensador, de la persona que tiene ideales y que intenta por todo medio mantenerse pulcro en un medio donde es fácil mancharse de aquello que predica como negativo.

Y latinoamericanista.  No podemos olvidar esa palabra, que hasta cierto punto se contrapone, pero curiosamente complementa, la otra palabra muy conocida: bolivariano.  En efecto, Arosemena, 42 años después del Congreso Anfictiónico de 1826, ha madurado una visión por la cual entiende el aparente fracaso de esa intentona de confederación y no teme hacer críticas constructivas, que en una proactividad inusual, lleva a su corrección de acuerdo a las corrientes del derecho internacional público de la mano de lo que hoy podríamos llamar un componente sociológico y hasta antropológico.  Un descendiente de don Justo, el latinoamericanista, don Carlos Arosemena Lacayo, tuvo la feliz idea de dar a la luz pública las transcripciones de varios documentos inéditos, todavía ológrafos, que su ancestro Justo Arosemena había escrito en diverso momento.  De allí concluimos  esta otra faceta del gran jurisconsulto, o  tal vez mejor, el gran panameño visionario:

No podría olvidarse la ingente labor publicista y la acción adelantada por Arosemena en favor de la unidad continental, dentro del más acendrado espíritu latinoamericanista.  Su estudio sobre la idea de la Liga Americana estuvo en la base de los documentos y resoluciones aprobados por el Congreso Internacional Americano convocado por iniciativa del Perú, en 1864, en el caul tuvo una activísima participación.  Su idea de una Liga que permitiera la unión de Estados aún débiles, para preservarlos de nuevos intentos de reconquista europea, como los fracasados de España en el Pacífico, pero sobre todo, las irrefrenables tendencias expansionistas de los Estados Unidos, que ya habían conocido México y Centroamérica y amenazaban al Istmo y al resto del Continente.

Es a la luz de su idea de la gran Confederación Colombiana (entendiendo por tal toda América Hispana) que se puede comprender la filosofía federalista de Arosemena, de una dimensión continental situada muy por encima de su tiempo.  “Débiles como son las nacionalidades sudamericanas, mejor les estará formarse su política propia por medioa de esa misma Liga tras la cual van desde hace 42 años, que buscar arrimos en cambio de los cuales nada pueden ofrecer”, afirmaba en discurso de 1865, para agregar: “…Y una vez realizado aquel pensamiento (la independencia de Cuba y Puerto Rico, N. A.) bastaría asociarse el otro del mismo genio, la alianza de las repúblicas hispanoamericanas, por tener asegurada nuestra doctrina de Bolívar, por oposición a la de Monroe, que no es sino el egoísmo de los angloamericanos erigido en principio alucinador, pero falaz” ([9]).


Conclusión de un meritorio recorderis.
Como se prometió al principio, concluimos este recorderis histórico, esta pequeña aproximación biográfica con alguna pretensión de análisis de pensamiento.  Toca ahora a quienes han escuchado pacientemente, y a quienes lean estas líneas en otro momento, motivarse a adquirir las obras de don Justo y hacerle justicia leyéndolas hoy día.  Colocando con un resaltador aquellas ideas que son vigentes hoy día y llenarnos de admiración y orgullo de haber nacido en la misma tierra que lo hizo el panameño pulcro, el más grande jurisconsulto y pensador de la panameñidad, don Justo Arosemena.
Tal vez lo más importante sea recordar que él fue un aglutinador de expectativas istmeñas que, en solitario, y siendo minoría, supo hacerse escuchar, supo calar, hacer docencia y con ello cambiar la manera de pensar de un país entero como lo fue Colombia, abriendo la puerta para dar la bienvenida a cambios que modernizaran y fortalecieran al Estado sin menoscabo de las partes que lo componían.  Ese es el ejemplo que nos deja.  Ese es el reto que nos lanza.  Esa es la meta a la que debemos aspirar: ser factor de cambio positivo en el metro cuadrado donde nos haya tocado vivir, hacer patria, trabajar, hacer familia y echar adelante.


Vladimir Berrío-Lemm
Medalla del Centenario del 5 de mayo de 1914
Medalla al mérito Victoriano Lorenzo

En Panamá, agosto de 2017. Año del bicentenario del natalicio de don Justo Arosemena.
[1] Fábrega, José I.: Elogio de Justo Arosemena.  Panamá, 1955
[2] Miró, Rodrigo: introducción de la edición El Estado Federal de Panamá, en la Universidad de Panamá, 1960.
[3] Moscote, José D. y Arce, Enrique J.: La vida ejemplar de Justo Arosemena.  Panamá, 1956
[4] Martí, José: Obras completas, Vol II, La Habana, Editorial Lex, 1953.
[5] Castro, Nils: Justo Arosemena: patria y federación.  Casa de las Américas, Cuba, 1977
[6] Opus Citatum, p. 39.
[7] Arosemena, J. y Colunje, G.: Teoría de la nacionalidad.  Edición, introducción y posterior prólogo, respectivamente a cargo de Ricaurte Soler y Rodrigo Miró.  Ediciones de la Revista Tareas, Panamá, 1968
[8] Opus Citatum, p. 94.
[9] Arosemena Lacayo, Carlos: Justo Arosemena, manuscritos y vivencias.  Editorial Libertad Ciudadana, Panamá, 2006, p´. 183-84

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