ESTO NO ES FILATELIA. PERO ES UN HOMENAJE A LOS TRABAJADORES POSTALES DEL MUNDO. ESPECIALMENTE LOS DE A PIE, LOS CARTEROS.
Nacido en Charmes-sur-Herbasse, al
sur de Lyon (Drôme, Francia), Ferdinand Cheval era un cartero rural, escultor y
constructor autodidacta. En 1879, a la edad de 43 años, comenzó a levantar su
Palacio Ideal, originalmente llamado “El Templo de la Naturaleza”. Para
construir este monumental edificio en el que “se mezclan los estilos de todos
los países y todas épocas”, trabajó durante 33 años y necesitó más de 3500
sacos de piedras. En pie desde hace un siglo, el monumento arquitectónico
recibe a más de 130 mil turistas que cada año vienen a contemplar la obra
levantada solamente por un obstinado hombre. (Por Karina Geada)
El cartero Cheval comenzó su trabajo por esta
fuente: “La fuente de la vida” fue construida durante dos años con conchas
marinas, caracoles, ostras y piedras que iba recogiendo durante su recorrido
diario de más de 30 kilómetros. Los extraños animales y plantas exóticas que
adornan la fuente se acoplan en perfecta armonía con la naturaleza que rodea al
palacio.
El segundo trabajo fue el edificio a la derecha
de la fuente, que Cheval nombró “La cueva de St. Amadeus”, en honor al patrón
de Hauterives, la aldea al sureste de Francia. A la entrada registró el año en
que comenzó su construcción: 1879.
A la izquierda, los tres gigantes y las dos
momias de la fachada son los elementos icónicos del Palacio. Sus cascos parecen
ser una reminiscencia a los “sombreros” rojos hechos con roca volcánica de las
estatuas de la Isla de Pascua, y sus manos apuntan al cielo, como si fueran los
tres guardianes del monumento.
En la construcción de la fachada Norte, Ferdinand
reveló la parte más oscura de su creatividad a través de su visión del Génesis.
Esta es la parte más frágil del Palacio Ideal y la que más ha sufrido los
estragos del tiempo.
La fachada Sur es un “museo antediluviano” en el
que Ferdinand Cheval almacenaba las piedras que iba recogiendo. Aunque es la
más sobria de las cuatro fachadas del palacio, también está coronada por una
cúpula y plantas exóticas, el tronco de un árbol a la izquierda y animales
representados por piedras desgastadas.
Mientras Cheval materializaba su sueño, el
palacio se iba convirtiendo en una atracción para locales y extranjeros; pero
no fue hasta 1969 que fue declarado monumento histórico de Francia. Luego de
una década de restauración, en 1994 la ciudad de Hauterives compró el monumento
que colocó a la aldea sureña en el mapa del turismo internacional.
La obra de Cheval es un compendio de su visión
del mundo. Mitología y religión están presentes en la simbología del bestiario,
y su percepción de la cultura de cada continente se refleja en la arquitectura
y los escritos de las paredes, con poemas y reflexiones sobre su trabajo.
La última restauración del Palacio Ideal duró 10
años y finalizó en 1993, pero los trabajos de mantenimiento se hacen anualmente
en un taller especializado.
Aunque su idea original era ser enterrado en el
corazón del palacio —como los faraones egipcios— las autoridades locales le
negaron su deseo; pero la carretilla donde transportaba cada piedra sí
“descansa” en el Palacio Ideal, en un nicho que el cartero dejo hecho para sus
instrumentos de trabajo.
Ferdinand Cheval es considerado uno de los
precursores del surrealismo, y su palacio, representante del arte naïf en la
arquitectura mundial, tiene una larga lista de celebridades entre sus
admiradores: André Breton (le dedicó un poema al cartero —Le Revolver à cheveux
blancs), Max Ernst (produjo una obra en homenaje a Cheval que se exhibe en la
Fundación Guggenheim de Venecia), Niki de Saint-Phalle y Jean Tinguely (quien
afirmó que “El Cíclope” era deudor de este monumento), Pablo Picasso, Roberto
Matta, Julio Cortázar y Pablo
Neruda.
Foto/Flickr/ Melisande
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Comenta este artículo y ayuda a que aprendamos más de la Filatelia!