Esta es una extracción de 2 breves ensayos, fusionados.
LA VALORACIÓN EN EL MERCADO FILATÉLICO
(I): EL EMPLEO DEL PRECIO DE SUBASTA EN ANÁLISIS EMPÍRICOS
José Torres Pruñonosa, jose.torres@actuarios.org, Universitat Autònoma de Barcelona
José Luis
Coca Pérez, dir-reg-extremadura@afinsabt.com, Universidad de Extremadura
RESUMEN
El objetivo es analizar las limitaciones del precio de subasta para su
empleo en análisis empíricos. Para ello se analizarán algunos elementos de las
subastas que pueden afectar al precio de subasta obtenido, tales como: la
elección del precio de subasta, la elección del modelo de subasta, la forma de
realizar una subasta, la forma de efectuar la puja, la existencia del precio de
reserva privado y la honestidad de la casa de subastas. Todos ellos y otras
limitaciones del precio de subasta muestran que dicho precio no es el idóneo
sobre el cual realizar análisis empíricos en el mercado secundario filatélico.
Dado que el precio de subasta no
es el candidato idóneo para realizar análisis empíricos, el objetivo perseguido
es analizar si el precio de catálogo puede ser empleado como precio de
referencia del mercado secundario filatélico para realizar análisis empíricos.
Tras analizar tanto sus bondades como sus limitaciones, se propondrá un modelo
de valoración que facilitará la elaboración de análisis empíricos relativos a
la inversión en filatelia.
1. OBJETIVO
Uno de
los principales problemas de la investigación en bienes tangibles de colección
y, particularmente, en filatelia, es la escasez y opacidad de la información
relativa a los precios, si lo comparamos con otros mercados como, por ejemplo,
los financieros (los cuales tienen precios diarios e incluso intradía). Esta
circunstancia real no elimina la existencia de un mercado (el filatélico) que
mueve millones de euros anualmente, pero sí dificulta la elaboración de
análisis empíricos.
Todo ello es consecuencia de la
existencia de dificultades a la hora de determinar los precios en el mercado
secundario filatélico, debido a que éste no está organizado y no existe ningún
tipo de Cámara de Compensación oficial que haga las funciones propias de ésta.
Esto último es debido, principalmente, a que el activo negociado en el mercado
filatélico es excepcionalmente heterogéneo. Y es que además de negociarse
multitud de valores filatélicos[1],
existe heterogeneidad entre un mismo sello atendiendo a parámetros de calidad,
con su correspondiente variación en el precio.
Esta situación contrasta en gran manera con los mercados financieros
clásicos, donde una de sus características básicas, que ha permitido la
creación de Cámaras de Compensación que han dotado de mayor liquidez al
mercado, ha sido precisamente la homogeneidad de los activos negociados.
No obstante, lo anterior no
quiere decir que no existan mecanismos de asignación de recursos y precios en
el mercado secundario filatélico. Uno de estos mecanismos, quizás el más
clásico, típico y tópico, es el de las subastas. Sobre ellas, Pierre Auguste
Renoir indicó un factor clave en la determinación del precio de los bienes
tangibles de colección, cuando hablando de arte dijo: “Métete esto en la cabeza: nadie sabe realmente nada sobre ello. Sólo
hay un indicador para determinar el valor de un cuadro, y es la sala de subastas”[2].
Con el sello sucede lo mismo, el precio se determinará cuando “alguien” pague
un precio por él, y eso sucede en las subastas[3]. De hecho,
simplificando la realidad al extremo, se podría afirmar que para obtener el
valor de mercado de un sello en concreto, es necesario acudir a la última
subasta donde se haya vendido dicho sello, siendo el precio de la compra-venta
el que será considerado como valor de mercado. Si la realidad fuese tan simple,
a la hora de seleccionar un precio filatélico para elaborar análisis empíricos,
el candidato óptimo sería el precio de subasta. No obstante, tal y como veremos
a continuación, la realidad es bastante más compleja.
Así pues, no existe un único
precio de subasta, con lo cual sería preciso determinar cuál de ellos y con qué
correcciones valorativas debería seleccionarse como valor de mercado de un
sello (epígrafe 2). Por otro lado, existen distintos modelos de subastas que
pueden llegar a alterar el precio de remate, en función del modelo elegido
(epígrafe 3). Además, también existen otros elementos que pueden afectar los
precios obtenidos en las subastas, tales como la forma de realizar una subasta,
la forma de efectuar la puja, la existencia del precio de reserva privado e
incluso el grado de honestidad de la casa de subastas (epígrafes del 4 al 7).
Por consiguiente, todos estos aspectos y otros analizados en el epígrafe 8,
muestran que existen serias limitaciones para usar el precio de subasta como
precio filatélico de referencia para realizar análisis empíricos.
2. LA ELECCIÓN DEL PRECIO DE SUBASTA
Tal y
como se ha mostrado, puede razonarse que el valor de un sello es aquél que se
obtiene en una subasta, es decir, que el precio de mercado de un sello es el
precio de subasta. Con esta máxima, la valoración filatélica pudiera parecer
fácil y simple; no obstante, cabe tener que en cuenta que en una subasta no nos
encontramos con un único precio, con lo cual, será preciso elegir cuál de los
precios y con qué correcciones valorativas es el que se considera que
representa el valor de un sello.
En
cualquier tipo de subasta podemos encontrarnos con, al menos, los siguientes
precios[4]:
•
Precio de tasación: es el precio que designan expertos antes de la realización de la
subasta y que servirá de referencia para determinar el precio de salida.
•
Precio de salida: es el precio por el que el lote sale a subasta y normalmente lo
establecen, antes que comience la subasta, la casa de subastas conjuntamente
con el vendedor. Así pues, el precio de salida constituirá el precio mínimo de
venta del lote, salvo que exista un precio de reserva.
•
Precio de reserva: es el precio más bajo al que el vendedor está dispuesto a vender el
lote. Dicho precio puede ser público (si coincide con el de salida) o privado
(si no coincide con el precio de salida y se desconoce por parte de los
posibles compradores) y, en todo caso, debe establecerse antes de la
celebración de la subasta.
•
Precio de remate, de adjudicación o de martillo: es el precio final al que se adjudica el lote, es
decir, el precio de la última puja realizada por el mejor postor. Por lo tanto,
será el precio que tendrá que pagar el comprador, excluyendo la comisión de la
casa de subastas y los pertinentes impuestos.
•
Precio récord:
es el precio más alto al que se ha adjudicado dicho lote en subastas
anteriores. Su uso se circunscribe al sector del arte y de los bienes tangibles
de colección y sirve como referencia para valorar los lotes en subastas
posteriores.
Si
tomamos por válida la máxima de que el valor de mercado de la filatelia es el
obtenido a través de una subasta, se plantea la disyuntiva de decidir cuál de
los precios antes indicados debe escogerse. A este respecto, cabrían distintas
interpretaciones atendiendo a distintos principios de valoración[5],
tal y como puede observarse en el cuadro 1.
Cuadro
1: Los principios de valoración y la valoración filatélica
Principio |
Momento |
|
Valoración |
Precio de adquisición |
|
+ + |
Precio de remate Comisión a la casa de subastas del
comprador |
|
|
+ |
Impuestos a pagar por el comprador |
Valor de mercado |
|
+ + |
Precio récord Capitalización a la tasa de inflación |
|
En la compra |
+ - |
Precio de remate Comisión a la casa de subastas del vendedor
|
Valor razonable |
|
- |
Última puja |
Entre la compra y la venta |
+ - - + |
Precio de remate Comisión a la casa de subastas del vendedor
Última puja Capitalización a la tasa de inflación |
|
En la venta |
+ - |
Precio de remate Comisión a la casa de subastas del vendedor
|
Fuente:
Torres (2006)
Así pues, el aceptar el precio de subasta como el valor de referencia
para tasar la filatelia, presenta muchas disyuntivas y limitaciones,
simplemente a la hora de efectuar la elección del precio de subasta que
servirá de referencia como valor de la filatelia.
Además,
también las partidas que componen las valoraciones filatélicas atendiendo a los distintos principios, presentan serias
limitaciones como para usarlas en la elaboración de una base de datos que
permita la realización de análisis empíricos del mercado filatélico secundario.
A continuación, analizaremos las limitaciones que presentan cada una de estas
partidas.
En primer
lugar, cabe señalar que, si bien es cierto que en el sector del arte y de los
bienes tangibles de colección en España, la comisión que el comprador suele
pagar a la casa de subastas es del 15% sobre el precio de remate, tanto las comisiones a pagar por parte del
comprador[6]
como del vendedor[7]
a la casa de subastas, son importes que no son siempre públicos. Además, para
el cálculo según el principio de valor razonable en el momento de la compra y
entre éste y el de la venta, la comisión debería calcularse no sobre el precio
de remate, sino sobre el precio de venta menos la última puja, dificultándose
así aún más la valoración a realizar.
En
segundo lugar, los impuestos[8]
directos que deberá pagar el comprador por la adquisición de la pieza
filatélica (de forma particular en España, el Impuesto sobre el Valor Añadido),
pueden ser importes variables en función del margen de beneficio de la casa de
subastas. Por tanto, además de su componente de variabilidad en función de
quién es la casa de subastas que interviene y del ejercicio fiscal en el que se
realice la compra (dado que el margen de beneficio de la casa de subastas puede
variar de ejercicio a ejercicio), dichos porcentajes no suelen ser públicos. No
obstante, también es posible que se opte por tributar al tipo fijo, que
actualmente en España es del 16%. Sin lugar a dudas, esta circunstancia
dificulta en gran manera la valoración filatélica en función de los precios de subasta.
En tercer
lugar, la capitalización[9]
de precios históricos al momento deseado, teniendo como factor de
capitalización la tasa de inflación entre la fecha de realización de la subasta
y el momento para el cual se desea saber el valor de la filatelia, es una
simplificación excesiva de la realidad que distorsiona la valoración y que
incluye componentes subjetivos, tales
como:
•
La suposición de
que todos los sellos a valorar se revalorizan de forma positiva, máxima que no
es cierta dado que los sellos que sólo sirven para coleccionar pero no para
invertir, presentan en algunos años revalorizaciones negativas.
•
La suposición de
que la revalorización que tendrá la filatelia a valorar es la misma que la que
experimentarán los precios a nivel general, esto es, la inflación. Si bien es
cierto que como valor-refugio que
es la
filatelia, la inflación influye en su tendencia de precios, la tasa a la que se
revaloriza la filatelia, en media, suele ser superior a la de la inflación[10].
Finalmente,
respecto al importe relativo a la última
puja[11],
cabe señalar que no es un importe que siempre sea público y que, en ocasiones,
ni siquiera existe registro del mismo. Esto último ocurre, de forma particular,
cuando el sistema de pujas es libre, esto es, cuando las normas de la subasta
no establecen los incrementos de puja que se deben realizar, sino que éstos son
libres por parte de los agentes compradores que intervienen. En otras
ocasiones, los incrementos de pujas no son libres, sino que éstos vienen
marcados en función del rango de precios al que se esté pujando.
Por
tanto, según todo lo expuesto, la elección del precio de subasta como precio de
referencia para valorar un sello, reporta tantas disyuntivas, incógnitas, dudas
y limitaciones que hace desaconsejable usarlo como fuente de información para
elaborar análisis empíricos del mercado secundario filatélico.
3. LA ELECCIÓN DEL MODELO DE SUBASTA
A lo
largo del presente epígrafe mostraremos cómo el modelo de subasta empleado a la
hora de subastar una pieza filatélica puede tener incidencia en el precio de
remate obtenido.
Así pues,
para empezar mostraremos los principales modelos de subastas existentes
(epígrafe 3.1.). No obstante, si bien el Teorema de la Equivalencia del Ingreso
establece que los precios obtenidos a través de los principales modelos de
subastas no varían, estudios teóricos y análisis empíricos muestran lo
contrario, cuando las hipótesis de dicho teorema se relajan (epígrafe 3.2.).
Por tanto, debido a que los precios varían en función del modelo de subasta
empleado, la elección del precio de subasta como valor para realizar la base de
datos que permita elaborar análisis empíricos filatélicos presenta serias
limitaciones.
3.1. MODELOS DE SUBASTAS
Sin ánimo de realizar una tipología pormenorizada de las subastas
existentes[12],
los principales modelos de subasta son los siguientes[13]:
•
Subasta al alza, ascendente o inglesa: es aquélla en la que se comienza por un precio de
salida bajo, el cual se incrementa a través de sucesivas pujas, hasta que queda
un único participante, al cual se le adjudica el
lote al
precio de remate. Esta es la subasta clásica – si bien existen variaciones[14]
sobre la misma – y se caracteriza por generar las condiciones adecuadas para
fomentar competencia entre los participantes.
•
Subasta a la baja u holandesa: es aquélla en la que se comienza por un precio de
salida alto, el cual lo reduce el director de la subasta. Cuando un
participante realiza una puja por el precio indicado por el director de la
subasta, se produce la adjudicación del lote.
•
Subasta por plica de primer precio o a sobre cerrado
de primer precio: es aquélla en la
que los posibles compradores realizan una única puja, la cual se introduce en
un sobre cerrado. Quien haya realizado la puja más alta, es a quien se le
adjudica el lote, al precio indicado en su puja, esto es, al más alto.
•
Subasta de Vickrey[15], por plica
de segundo precio o a sobre cerrado de segundo precio: es aquélla en la que los posibles compradores realizan
una única puja, la cual se introduce en un sobre cerrado. Quien haya realizado
la puja más alta, es a quien se le adjudica el lote, pero no al precio por el
que ha pujado, esto es, al precio más alto, sino a la segunda puja más alta más
el incremento de puja que se establezca según las normas de la subasta.
3.2. EL TEOREMA DE LA EQUIVALENCIA DEL INGRESO
Según el
Teorema de la Equivalencia del Ingreso[16] (en
inglés Revenue-Equivalence Theorem),
los cuatro modelos de subasta descritos en el epígrafe 3.1. reportan el mismo
ingreso esperado al vendedor, si los escenarios están sujetos a las siguientes
hipótesis:
•
Los agentes que
intervienen en la subasta son neutrales al riesgo.
•
Los agentes que
intervienen en la subasta tienen funciones de valoración del lote
independientes.
•
Los agentes que
intervienen en la subasta tienen funciones de valoración del lote simétricas.
•
Los pagos
dependen únicamente de las pujas realizadas y no de otras variables.
Si bien
es cierto que cumpliéndose las supracitadas hipótesis, todos los modelos de
subasta aportarían el mismo ingreso esperado, la varianza en todos los modelos
no es la misma. Así pues, las subastas por plica de primer precio y las
subastas a la baja tienen una varianza menor que las subastas al alza y las
subastas de Vickrey.
No
obstante, si se relajan las hipótesis[17] del
modelo propuesto, nos encontramos con las siguientes variaciones en los
ingresos esperados de los vendedores en función del tipo de subasta
seleccionada:
•
Si los agentes
que intervienen en la subasta no son neutrales al riesgo, y concretamente, si
tienen aversión al riesgo, la subasta por plica de primer precio reporta
mayores ingresos esperados a los vendedores que los ingresos esperados en la
subasta ascendente y en la subasta de Vickrey.
•
Si existe
correlación positiva entre los agentes que intervienen en la subasta y las
valoraciones que realizan éstos de los lotes son optimistas, las subastas al
alza suponen unos ingresos esperados superiores a los de las subastas por plica
de primer precio y a los de las subastas de Vickrey.
•
Si los agentes
que intervienen en la subasta tienen funciones de valoración del lote
asimétricas, nos encontramos con las dos siguientes posibilidades: 1) si se
está subastando un lote de valoración común[18], las
subastas por plica de primer precio generan unos ingresos esperados superiores
a los de las subastas al alza; y 2) si se está subastando un lote de valoración
privada[19],
las subastas por plica de primer precio generan unos ingresos esperados
superiores a los de las subastas de Vickrey
Estudios
teóricos y análisis empíricos muestran que los precios sufren alteraciones en
función del modelo de subasta empleado[20]. En uno
de ellos, Mochón (2003) contrasta la hipótesis de la equivalencia en el ingreso
esperado entre las subastas al alza (subastas en sala) y las de Vickrey
(subastas por correo), en el sector español de las subastas filatélicas y
numismáticas[21],
suponiendo que se cumplen las siguientes tres hipótesis del Teorema de la
Equivalencia del Ingreso: 1) que los participantes tienen valoraciones privadas
e independientes sobre los lotes; 2) que dichas valoraciones son simétricas; y
3) que los pagos dependen únicamente de las pujas realizadas. El único supuesto
que no se ha asumido es la indiferencia de los participantes ante el riesgo.
Las principales conclusiones obtenidas en esta investigación empírica son las
siguientes:
•
El precio medio
de salida de las subastas en sala es, en media, muy superior al de las subastas
por correo.
•
El número de
lotes que se subastan en sala es bastante inferior al que se subasta por
correo.
•
Las subastas por
correo son más homogéneas entre sí que las subastas en sala, esto es, que en
las subastas por correo hay una menor varianza en el precio medio de salida de
los lotes, así como en el número de lotes subastados.
•
Si bien el
porcentaje de adjudicación del número de lotes y del valor de los lotes es, en
media, superior en las subastas por correo que en las subastas en sala, la
mediana del porcentaje del valor de los lotes es superior en las subastas en
sala. Además, la varianza de las subastas en sala es superior a las subastas
por correo. Si bien los resultados obtenidos permiten afirmar que la diferencia
en media de ambos modelos de subastas no es estadísticamente significativa para
ninguna de las variables, la diferencia en dispersión o varianza sí lo es.
•
La comparación de
ambos modelos de subastas permite afirmar que las diferencias encontradas en
los resultados de las subastas, tanto en probabilidad de venta como en precio
de remate no son estadísticamente significativas, es decir, ambos modelos
reportan el mismo ingreso esperado al vendedor. Este resultado corrobora el
Teorema de la Equivalencia del Ingreso, cumpliéndose todos los supuestos del
modelo de referencia menos el de neutralidad ante el riesgo, situación que se
asume para el análisis del sector analizado. Por tanto, la subasta de Vickrey
reporta los mismos ingresos esperados que la subasta al alza.
•
No obstante, los
resultados pueden matizarse, dado que si bien las diferencias entre ambos
modelos no son estadísticamente significativas, en media, los resultados de las
subastas por correo al analizar el porcentaje de adjudicación del número de
lotes y el porcentaje de adjudicación del valor de los lotes son siempre
superiores a las medias de las subastas en sala.
•
Por tanto, la
elección del vendedor en términos del modelo de subastas dependerá de su
actitud ante el riesgo. Si el vendedor es indiferente al riesgo no tendrá
ninguna preferencia, pues en media, ambos modelos tienen la misma probabilidad
de venta y precio de remate. Si el vendedor es adverso al riesgo, optará por
una subasta por correo, dado que las subastas en sala presentan una mayor
varianza, siendo ésta estadísticamente significativa. Si el vendedor es
propenso al riesgo, optará por una subasta en sala, dado que la varianza de la
mediana del porcentaje de adjudicación del valor de los lotes es mayor. Este
hecho se justifica porque en sala, los participantes pueden animarse al
rivalizar con los otros compradores potenciales y elevar la puja, por lo que el
ingreso esperado para el vendedor puede aumentar.
3.3. OTROS FACTORES DISTORSIONANTES
Además,
existen otros factores distorsionantes[22] que
inciden en el resultado de las subastas en función del modelo escogido; nos
referimos a los siguientes aspectos:
•
La colusión entre
los participantes, esto es, los acuerdos entre los posibles compradores de una
subasta.
•
La disuasión a
entrar de nuevos participantes.
•
El comportamiento
depredatorio de los participantes económicamente más fuertes, esto es, la
actuación de ciertos participantes con el objetivo de crearse una reputación
respecto a los demás de ser un participante fuerte, de forma que el resto se
vea con menos posibilidades de ganar la subasta.
Así pues,
las subastas por plica de primer precio y de Vickrey suelen tener mejores
comportamientos que las subastas al alza, dado que se disminuye tanto la
posibilidad de colusión entre los participantes, como la disuasión a entrar de
los participantes más débiles en sentido económico y no favorecen el
comportamiento depredatorio de los participantes más fuertes.
3.4. LIMITACIONES DEL PRECIO DE SUBASTA: LA
ELECCIÓN DEL MODELO
Tal y
como hemos visto, si bien el Teorema de Equivalencia del Ingreso crea un modelo
teórico que afirma que el modelo de subasta no incide en el ingreso esperado
del vendedor, esto es, en el precio de remate, la realidad es mucho más
compleja. Así pues, al relajar las hipótesis del Teorema de Equivalencia del
Ingreso se observan diferencias entre los distintos modelos de subastas. Y los
estudios teóricos y empíricos muestran que la elección del modelo de subasta
incide en el precio de remate de la misma. Por tanto, si el precio de subasta
de un sello varía, es decir sufre una revalorización o devaluación, la única
razón de su variación no es que su valor haya variado, sino que es posible que el
modelo de subasta empleado haya sido distinto.
Por
tanto, si aceptamos el precio de subasta como valor de referencia para realizar
análisis empíricos, sería preciso “normalizar” dichos precios en función del
modelo de subasta escogido. Actualmente eso no es posible, dado que no se ha
desarrollado ninguna tabla de conversión de precios en función del modelo de
subasta empleado.
Por
tanto, la única solución para elaborar una base de datos que permita realizar
análisis empíricos del mercado filatélico a través de precios de subasta, sería
discriminar los precios obtenidos en función del modelo de subasta empleado,
comparando sólo los que sean relativos al mismo sello, calidad y modelo de
subasta. Dado que la información relativa a las subastas suele ser escasa y los
valores filatélicos a valorar muy heterogéneos (tanto debido a la variedad del
propio sello, como debido a la calidad del mismo), el emplear los precios de
subasta como valor de referencia para elaborar análisis empíricos presenta
limitaciones muy serias.
4. FORMAS DE REALIZAR UNA SUBASTA
A continuación analizaremos cómo las diferentes formas de realizar una
subasta influyen en la determinación del precio de remate. No hay que confundir
las formas de realizar una subasta con los modelos de subasta analizados en el
epígrafe 3.1. Así pues, podemos encontrar un mínimo de cuatro formas de
realizar una subasta[23]:
•
Subastas en vivo o en sala. Son aquéllas que se realizan en una sala donde los
participantes pujan en cada momento por el lote que se está subastando. No
obstante, también tienen la opción de haber pujado anteriormente por correo.
Esta forma de realizar una subasta comprende a los modelos ya analizados de
subasta al alza y a la baja[24].
•
Subastas por correo. Son aquéllas en las que todos los participantes mandan sus ofertas
por correo los días previos a la subasta y, posteriormente, la casa de subasta
adjudica los lotes al mejor postor. Esta forma de realizar una subasta
comprende a los modelos de subasta ya analizados de por plica de primer precio
y de Vickrey[25].
•
Subastas por Internet. Son aquéllas en las que la casa de subastas cuelga
en su página web los catálogos
digitalizados de los lotes y los participantes pujan a través de la red. Su
duración se extiende a varios días o semanas, de modo que un participante puede
realizar varias pujas hasta la finalización de la subasta, si éstas han sido
superadas por otros participantes.
•
Subastas en vivo por Internet. Son aquéllas que se realizan a través de la red y
que tienen la misma duración que una subasta en sala o en vivo.
•
Subastas simultáneas. Son aquéllas que se realizan en sala, pero que al mismo tiempo son
retransmitidas por Internet en tiempo real, de forma que los participantes que
están en sala y los que siguen la subasta a través de Internet, tienen las
mismas oportunidades y ventajas.
Tal y como
se ha mostrado en el epígrafe 3.2., las subastas en vivo o en sala difieren de
las de correo en lo que respecta a la determinación final del precio de remate.
De igual modo, podemos afirmar que las restantes formas de realizar una subasta
(subastas por Internet, subastas en vivo por Internet y subastas simultáneas)
inciden en la determinación del precio obtenido. A este respecto, cabe señalar
que en cada una de estas tres formas de subastar, el factor novedoso respecto a
las subastas en vivo y en correo, es la introducción de Internet.
Y es que
Internet ha supuesto una revolución en las comunicaciones y también en el
comercio internacional. Así pues, según el Estudio
sobre Comercio Electrónico B2C 2006
de la Asociación Española de Comercio Electrónico[26] (AECE) la
cifra de negocio que ha generado en España el comercio electrónico B2C[27]
en 2005 ha sido de 2.143 millones de euros. Respecto a la penetración de
Internet en el mundo de las subastas, una muestra de su fuerte presencia es la
proliferación de casas de subastas electrónicas que realizan subastas a través
de Internet. Algunos ejemplos de este tipo de casas de subastas son: eBay, Doocollect y Teletrade.
El empleo
de Internet para realizar subastas afecta, al menos, de las siguientes formas a
la propia subasta:
•
Globalización del
mercado, dado que una subasta ya no se realiza en ningún lugar geográfico, sino
que está abierta a todo el mundo.
•
En consecuencia,
aumento del número de participantes en la subasta.
•
Reducción de
costes del participante respecto a los gastos generados por la simple presencia
en la subasta, dado que el único coste que tendrá será el del uso de su equipo
informático y el de la conexión a red (el cual se va reduciendo por momentos),
en contraste con los gastos de desplazamiento en las subastas en vivo o en
sala.
•
Reducción de la
colusión entre los participantes, esto es, de los acuerdos entre los posibles
compradores de una subasta, dado que puede haber mecanismos que impidan a los
participantes de una subasta electrónica tener ningún tipo de contacto entre
sí.
Por todas
estas razones, la introducción de Internet en la forma de realizar las subastas
puede influir en la determinación del precio de subastas, suponiendo una nueva
limitación del empleo del mismo en bases de datos para realizar análisis
empíricos, ya que sería preciso discriminar en dicha base de datos si la
subasta incluía el empleo de la red o no.
Dado que la información relativa a las subastas suele ser escasa y los
valores filatélicos a valorar muy heterogéneos, la inclusión de esta nueva
variable en la base de datos supone una limitación muy seria.
5.
FORMAS
DE EFECTUAR LA PUJA
La forma
de efectuar la puja puede incidir en la determinación del precio de la subasta,
dado que las reglas de la subasta pueden designar que la forma de efectuar la
puja sea libre o no. Así pues, las pujas
no son libres cuando el aumento de las mismas está sujeto a unos incrementos
fijos marcados por la casa de subastas, en función del rango de precios en el
que esté la puja. Por otro lado, las pujas son libres cuando el aumento de las
mismas está totalmente en manos del libre albedrío de los participantes en la
subasta.
El que la
forma de efectuar la puja sea libre o no incide en las subastas, al menos, de
las siguientes formas:
•
El que la forma
de efectuar la puja sea libre permite que se potencie el comportamiento
depredador de los participantes, dado que al hacer incrementos de puja
elevados, algunos participantes pueden crearse la reputación respecto a los
demás de ser un participante fuerte, de forma que el resto se vea con menos
posibilidades de ganar la subasta, fomentándose así la no participación en la
subasta de los rivales que se vean con menos posibilidades de ganar.
•
El que la forma
de efectuar la puja sea libre permite crear las circunstancias ideales para que
surja el denominado efecto de “calentamiento de la sala”[28],
obteniéndose así precios más altos.
6. LA EXISTENCIA DEL PRECIO DE RESERVA PRIVADO
El precio
de reserva es el más bajo al que el vendedor está dispuesto a vender el lote.
Este precio puede ser público (si coincide con el de salida) o privado (si no
coincide con el precio de salida y se desconoce por parte de los posibles
compradores) y, en todo caso, debe establecerse antes de la celebración de la
subasta.
El
argumento que frecuentemente se emplea al defender el establecimiento de un
precio de reserva secreto[29]
es que si se fija un precio de reserva público muy elevado habrá participantes
que ni siquiera se planteen participar en la subasta. Por el contrario, si el
precio de reserva es secreto, todos los participantes realizarán sus pujas, de
forma que se puede “calentar la sala”, superar el precio de reserva y así
vender el lote a un mayor precio.
Por otro lado, el establecimiento de un precio de reserva inadecuado
influye sobre la colusión o cooperación de los participantes. Según Mochón
(2003), “si en una subasta ascendente el
vendedor establece un precio de reserva bajo, los participantes saben que si
llegan a un acuerdo pueden comprar el bien a un precio bajo y que la subasta se
realizará de forma rápida, lo que facilitará la colaboración entre los rivales.
Sin embargo, si el precio de reserva es elevado, los participantes más débiles
quedarán excluidos de la subasta y la colusión resulta más complicada de
realizar”[30].
Si bien
estudios teóricos[31]
confirman que la existencia del precio de reserva privado permite la obtención
de precios de remate superiores, análisis empíricos sectoriales[32]
muestran todo lo contrario: que la existencia de precios de reserva secretos
reduce los precios obtenidos en la subasta. De todos modos, sea de un modo u
otro, la existencia del precio de reserva privado influye en el precio de
subasta.
7. LA HONESTIDAD DE LA CASA DE SUBASTAS
Otro
factor que puede llegar a incidir en el precio de las subastas, de forma
particular en las subastas de Vickrey, por plica de segundo precio o a sobre
cerrado de segundo precio es la honestidad de la casa de subastas.
Para explicarlo acudamos al siguiente ejemplo: “si el participante con la puja más alta ha ofrecido 1.000 euros y el
participante con la segunda puja más alta ha ofrecido 500, el ganador, que ha
ofrecido 1.000 euros, deberá pagar 500 euros más el incremento de puja. Sin
embargo, la casa de subastas puede decir que la segunda puja más alta es de 900
euros y el ganador pagará 900 euros más el incremento de la puja. La estrategia
dominante de ciertas casas de subastas poco escrupulosas puede ser la de
engañar al ganador, especialmente en situaciones en las que hay mucha
diferencia entre la puja ganadora y la segunda puja más alta”[33].
Por lo
tanto, la poca honestidad de la casa de subasta puede llegar a hacer subir
artificialmente el precio de remate final, de forma particular en el caso de
las subastas de Vickrey.
8. LAS LIMITACIONES DEL PRECIO DE SUBASTA:
CONCLUSIONES
Hasta el
momento, ya se han analizado las siguientes limitaciones que presenta el precio
de subasta como elemento clave para ser empleado en la elaboración de bases de
datos que permitan realizar análisis empíricos en el mercado secundario
filatélico:
•
Dificultad al escoger
el precio de subasta que servirá de referencia como valor de la filatelia.
•
Dificultad e
incluso, en ocasiones, imposibilidad de calcular las partidas que componen las
valoraciones filatélicas atendiendo a los distintos principios de valoración.
Dichas partidas son las siguientes: comisiones que deberá pagar el comprador y
el vendedor a la casa de subastas, impuestos, capitalización a la tasa de
inflación e importe de la última puja.
•
Los precios
obtenidos en subasta varían en función de, entre otros, los siguientes
parámetros: modelo de subasta empleado, forma de realizar la subasta, forma de
efectuar la puja y existencia del precio de reserva privado. Por tanto, si se
optase por usar el precio de subasta como valoración para realizar análisis
empíricos, sería preciso incorporar en la base de datos variables que denotasen
las características de dichos precios para los parámetros supracitados. De este
modo, sólo se podrían emplear precios de subasta con las mismas
características, reduciéndose así la información comparable entre sí.
Además,
el empleo de los precios de subasta como valor de referencia para analizar el
comportamiento del mercado secundario filatélico presenta, al menos, seis
limitaciones más.
En primer
lugar, cabe señalar que las subastas filatélicas no engloban, ni mucho menos,
la totalidad del mercado filatélico. Así pues, según expertos del sector y la
Asociación Nacional de Filatelia[34],
las subastas representan un 13% del volumen de negocio total en valor absoluto
del sector de la filatelia en España, en venta al consumidor final o
coleccionista. Por tanto, cuesta elevar el precio de subasta al rango de
valoración filatélica de un sector, cuando su cuota de participación en el
mismo es tan escasa. Por tanto, el
precio de subasta es poco representativo del mercado filatélico.
En
segundo lugar, otra limitación que tiene el precio de subasta es que la información
es muy opaca. Así pues, no siempre es posible conocer ni siquiera
los precios de remate obtenidos en las subastas. El mundo de las subastas es
muy hermético y, sin lugar a dudas, esto dificulta su estudio. Dicha
circunstancia la pone de manifiesto Mochón (2003), respecto a los datos
relativos a las subastas filatélicas y numismáticas en España, al decir: “Estos datos son difíciles de obtener, dado
que se trata de un sector tradicional y cerrado y en el que la información es
bastante sensible. Estas circunstancias explican que el sector de las subastas
esté poco analizado desde un punto de vista científico, aunque sin embargo
mueve importantes cifras de negocio”[35].
En tercer
lugar, la información disponible no está
sistematizada en modelos estandarizados, lo que dificulta la elaboración de
bases de datos. Sin lugar a dudas, usar los precios de subasta en análisis empíricos
exige una labor artesanal en la recopilación y tabulación de los datos.
En cuarto
lugar, la información disponible es
escasa. Prueba de ello es que, Mochón (2003) al elaborar su análisis de
eficiencia de las casas de subastas españolas del sector filatélico y
numismático, empleó las dos empresas líderes del sector. La filatélica
representaba el 40% de su sector en lo relativo a las subastas, mientras que la
numismática representaba el 60% del suyo. No obstante, entre ambas sólo
realizaron 57 subastas en el período comprendido entre los años 2000 y 2002.
En quinto
lugar, si usamos el precio de subasta para realizar las valoraciones
filatélicas, puede ocurrir que la última
subasta donde se hubiese vendido el sello que deseamos valorar, no haya ocurrido recientemente, con lo
que el precio de la subasta ha quedado completamente obsoleto (aunque como
valor de referencia, siempre se podría actualizar dicho precio con la tasa de
inflación correspondiente, si bien incurriríamos en un margen de error debido a
dicha simplificación).
Finalmente,
en sexto lugar, también ocasionaría dificultades el hecho que la calidad del
sello subastado por última vez difiriese
de la calidad del sello que se desea valorar. En este caso, dicho precio de
subasta no sería representativo, con lo cual sería necesario hallar el precio
de la última subasta donde se hubiese vendido el mismo sello, con la misma
calidad, ampliándose así el margen temporal entre el momento deseado de
valoración y la última subasta.
Por todas
estas razones, consideramos que el precio de subasta presenta más limitaciones
que ventajas a la hora de emplearlo como elemento definitorio del valor de un
sello, con lo cual no es el idóneo para emplearlo a la hora de elaborar
análisis empírico respecto a la filatelia.
9.1. OBJETIVO
Dado que el precio de subasta no es el candidato idóneo para realizar
análisis empíricos, el objetivo perseguido es analizar si el precio de catálogo
puede ser empleado como precio de referencia del mercado secundario filatélico
para realizar análisis empíricos.
Para ello, se analizarán, en primer lugar, qué es un catálogo
filatélico así como la información que suele contener (epígrafe 2.) y cuáles
son los principales catálogos filatélicos de reconocido prestigio internacional
existentes en el mercado (epígrafe 3.). Seguidamente, se analizarán tanto el
concepto, como las bondades y las limitaciones que presentan los precios de
catálogo (epígrafe 4.). Finalmente (epígrafe 5), y en vista de todo lo
analizado, se propondrá, como conclusión, un modelo de valoración que
facilitará la elaboración de análisis empíricos relativos a la inversión en
filatelia.
10.
2. LOS CATÁLOGOS FILATÉLICOS
Los catálogos filatélicos son instrumentos de información que disponen
tanto los comerciantes como los coleccionistas que sirven de “elemento de consulta y referencia
imprescindible para otorgar a nuestra colección una estructura lógica y
coherente, y para clasificar e identificar adecuadamente todos los sellos”[36].
Los catálogos son publicaciones elaboradas por las asociaciones de
comerciantes filatélicos de cada país y la información que suelen contener,
respecto a los sellos que han tenido curso legal, es la siguiente:
•
Ilustración del sello. Ésta puede ser a tamaño original o a escala.
•
Numeración del sello. Cada catálogo suele usar un sistema de numeración diferente que
permite identificar el sello respecto a los demás.
•
Año de emisión.
Año en el cual fue emitido el sello.
•
País.
Territorio o país emisor que ha emitido el sello.
•
Valor facial.
Precio al cual fue emitido el sello, esto es, precio del sello en el mercado
filatélico primario o de emisión.
•
Tirada. Número
de ejemplares que se emitieron de dicho sello.
•
Motivo.
Razón conmemorativa por la cual se ha emitido el sello.
•
Color. Color
predominante en el sello. Este dato es útil sobretodo para diferenciar los
sellos básicos[37]
cuya única variación entre los sellos de la misma emisión es el cambio de color
y de valor facial.
•
Variedad.
Algunos sellos tienen variedades en función del tipo de emisión empleado,
siendo algunas de ellas las siguientes: mini hoja, carnet, entrecinta, sin
dentar, hoja en blanco y negro, prueba en color progresiva, sobre entero
postal, prueba lujo, hoja bloque especial, hojita colectiva, mini pliego sin
dentar, mini pliego, tarjeta entero postal y sobre primer día.
•
Número de dientes. Los dientes de un sello son las ondulaciones que presentan algunos
sellos (denominados en el argot filatélico como sellos dentados) en su marco
externo. El número suele indicarse tanto para el lado horizontal como para el
vertical del sello.
•
Precio del sello según catálogo. Es la variable clave y suele presentarse para las
siguientes tres calidades: sellos nuevos (sin señal de fija sellos), sellos con
charnela y sellos usados.
•
Precio de la serie según catálogo. Es el precio de todos los sellos pertenecientes a una
misma emisión[38].
Podemos encontrar diferentes tipos de catálogos filatélicos, si bien
los más frecuentes son los siguientes:
•
Nacionales.
Son aquéllos que enumeran cronológicamente todos los sellos emitidos a lo largo
de toda la historia postal de un territorio o país emisor.
•
Temáticos.
Son aquéllos que enumeran cronológicamente todos los sellos emitidos por todos
los emisores filatélicos, pertenecientes a una temática de colección
filatélica.
11.
3. CATÁLOGOS FILATÉLICOS DE RECONOCIDO PRESTIGIO
INTERNACIONAL
Los editores de catálogos a nivel internacional están asociados en la
ASCAT (Asociación Internacional de Editores de Catálogos de sellos, álbumes y
publicaciones filatélicas[39]).
Sus miembros son los que se muestran en la tabla 1.
Tabla
1.: Miembros de la ASCAT
Nombre
de la compañía |
País
|
AFA –Forlaget |
Dinamarca |
Afinsa Bienes Tangibles, S.A. |
España |
Anfil, S.A. |
España |
Artphila |
Chequia |
ATM Internacional |
Alemania |
Banque du Timbre |
Luxemburgo |
Bartoli S. A. |
Francia |
C. E. I. |
Italia |
C. I. F.
S.R.L. |
Italia |
C.P.B.N.T.P. |
Bélgica |
Cronaca Filatelica |
Suiza |
D B
Z Philatelie-Verlag GmbH |
Alemania |
Domfil Catálogos Temáticos |
España |
Eder
S.R.L. / Cronaca Filatelica |
Italia |
Edifil, S.A. |
España |
Editions Cérès |
Francia |
Editions Yvert & Tellier |
Francia |
Ernesto Marini S.R.L. |
Italia |
Facit Förlags AB |
Suecia |
Ferchenbauer Verlag |
Austria |
Filatelia - Editoria |
Italia |
Filatelistisk Forlag A/S |
Noruega |
Giulio Bolaffi Editore S.R.L. |
Italia |
Global Philatelie GmbH |
Alemania |
H. E. Sieger GmbH |
Alemania |
Il. Giornale Filatelico |
Italia |
International Philatelic Service |
Sudáfrica |
Japan Phil. Society Foundation |
Japón |
La Bourse du Timbre |
Francia |
Lamas Bolaño, S.A. |
España |
Leuchtturm Albenverlag |
Alemania |
Nombre
de la compañía |
País
|
Lindner Falzlos Gmc |
Alemania |
Maandblad Filatelie |
Holanda |
Marka Publishing and Trading |
Rusia |
Mezhdunarodnaya Kniga |
Rusia |
Michel/Schwaneberger Verlag GmbH |
Alemania |
N.V.P.H. |
Holanda |
Namakanish |
Armenia |
Orestis Vlastos Ltd |
Grecia |
Oslo Filatelisklubb |
Noruega |
Philapress Verlag |
Alemania |
Philatelia Hungarica |
Hungría |
Philatélie Magazine |
Francia |
Postimerkkiliike Lauri Peltonen Kb |
Finlandia |
Prinz Verlag GmbH |
Alemania |
Qui Filatelia |
Italia |
Sassone
Editrice S.R.L. |
Italia |
Schaubeck Verlag |
Alemania |
Slovenika |
Eslovenia |
Software Generation |
Holanda |
Stamp Magazine - IPC Media |
Reino Unido |
Standard Collection |
Rusia |
Stanley Gibbons |
Reino Unido |
Svensk Filatelistik Tidskrift |
Suecia |
The World of Stamps |
Rusia |
Théodore Champion |
Francia |
Uitgeverij Davo |
Holanda |
Verlag Austria Netto Katalog |
Austria |
Victor A. Liapine Publishing |
Rusia |
Wenca Group |
Noruega |
Zumstein + Cie |
Suiza |
Fuente: ASCAT
Si bien existen muchos catálogos filatélicos, no todos tienen un
reconocido prestigio internacional que los hacen valedores de ser referentes en
el mercado filatélico. A continuación, analizaremos algunos de estos catálogos
que son reconocidos internacionalmente por su prestigio.
3.1. YVERT-ET-TELLIER
Yvert-et-Tellier es una empresa comerciante de sellos y editora de
literatura filatélica fundada en 1895 en Amiens, en el norte de Francia, siendo
uno de los editores filatélicos más importantes de Francia junto a Cérès y Dallat.
El grupo empresarial fue fundado en 1831 por Eugène Yvert como imprenta
de un periódico. La especialización en filatelia tuvo lugar en 1895 por el
nieto de Eugène Yvert, Louis Yvert y su impresor jefe, Théodule Tellier.
Actualmente, la compañía sigue en manos de la familia Yvert.
Su historia como editores de catálogos se inicia en noviembre de 1896,
fecha en la que publicaron un catálogo de sellos y un álbum de sellos. El éxito
fue inmediato por el hecho de que la numeración era lógica y permanente[40].
En 1900, Yvert-et-Tellier se asoció
en París con el comerciante filatélico Théodore Champion quien le proporcionó
los precios de los sellos, ya que se dedicaba a la venta de sellos de todo el
mundo. Tras la muerte de Champion en 1955, Pierre Yvert y los hermanos Varga
compraron la compañía de Champion y esta nueva empresa siguió dando los precios
a Yvert-et-Tellier. En abril de 1913,
Tellier vendió su parte de la compañía a Louis Yvert, quien por amistad decidió
mantener el nombre Tellier en los catálogos.
En los últimos años, otros catálogos han obtenido una mayor aceptación
por parte de los coleccionistas franceses. Yvert-et-Tellier
puso copyright a su numeración pero, desde marzo de 2005, a instancias del
Consejo de la Competencia de Francia, accedió a vender a otros editores los
derechos para usar su numeración.
El principal producto de Yvert-et-Tellier
es un catálogo de sellos que es usado como referencia por los filatélicos franceses,
incorporando los sellos de los siguientes emisores: Francia, correo francés en
Andorra, Mónaco, antiguas colonias francesas y su historia filatélica como
estados independientes.
Actualmente, Yvert-et-Tellier
es una de las referencias internacionales. El catálogo Yvert-et-Tellier incluye los sellos emitidos por todos los países
del mundo, pero para los no europeos, los volúmenes se organizan en orden
alfabético, en contraste con Michel que usa una clasificación geográfica. Entre
sus publicaciones más recientes están las siguientes:
•
Timbres de France le Spécialisé.
•
Classiques du Monde 1840-1940.
•
Guide Mondial des Timbres Erronés (2 Vols.).
•
Tome III 2003 (1ere Partie). Timbres Europe
de L’Ouest: d'Allemagne à Grèce.
•
Tome IV 2003 (1ere Partie). Timbres Europe
de l'Est: d’Albanie à Pologne.
•
Tome IV 2003 (2eme Partie). Timbres Europe
de l'Est: de Roumanie à Ukraine.
•
Tome III 2004 (3eme Partie). Timbres
Nouveau Europe de l'Ouest: de Portugal à Yougoslavie.
•
Timbres des Colonies Françaises 2006.
•
Timbres des Pays d’Autre Mer Vol. 1. L'Afrique du Sud et ses Anciens Bantoustans,
l'Argentine, le Brésil, l'Australie et Les Emirats Arabes.
•
Timbres des Pays d’Autre Mer Vol. 2. De Caïmans à
Dominicaine.
•
Tome 1 Bis. Andorre Espagnol, Andorre Français, Colonies
Françaises, Europa , Mayotte, Mission de l'ONU au Kosovo, Monaco, Nation Unies
(Genève), Nation Unies (New York), Nation Unies (Vienne), Océanie, Polynésie,
Saint-Pierre et Miquelon, Tahiti, Terres Australes et Antarctiques Françaises.
•
Tome II 2006. (2eme
Partie). Pays Indépendants d'Afrique à Laos.
•
Tome VII 1998 (1ere
Partie). Emissions Outre Mer: d’Océan Indien à Samoa.
•
Tome VII 1998 (2eme
Partie). Emissions Outre Mer: de Seychelles à
Zoulouland.
•
CD Monaco 2006.
3.2. DOMFIL
La Editorial Filatelia Domfil, con sede en Sabadell, provincia
de Barcelona, fue fundada en 1988. Desde esa fecha, Domfil ha ido editando nuevos catálogos temáticos y nacionales que
se han exportado a todo el mundo y ha estado presente en numerosas ferias, en
las cuales muchas de sus publicaciones han recibido reconocimiento en la forma
de premios y medallas.
Actualmente, todas las ediciones Domfil
están editadas en español e inglés e impresas a todo color siguiendo su propia
numeración de los sellos, además de las numeraciones de otros importantes
catálogos.
Domfil se ha especializado en la edición de catálogos temáticos con el
propósito de ofrecer al coleccionista temático una herramienta que le permita
de forma sencilla seleccionar y reunir las emisiones de la temática que le
interesa.
3.3. MICHEL
El primer catálogo de Hugo Michel se publicó en 1910. Se trataba de un
delgado volumen de 112 páginas con los sellos de los países europeos y sus
oficinas ubicadas en el extranjero. Hugo Michel, con el tiempo, vendió sus
derechos sobre el catálogo al editor de álbumes Schwaneberger, en cuyo poder siguen aún.
El catálogo básico consta actualmente de quince volúmenes que contienen
los sellos de todos los países y estados emisores. A pesar de que el tamaño ha
aumentado considerablemente, la estructura del catálogo se ha mantenido. Los
sellos de cada país se ordenan por series y las series se ordenan
cronológicamente. Cada sello tiene un número Michel asignado, que es único y universalmente reconocido. También
se indica el valor facial.
La numeración de Michel es
usada por la mayoría de los coleccionistas en países germano hablantes y de
Europa del este, como referencia para los sellos de estos países. La claridad y
el prestigio de los listados de Michel
están haciendo que sean más populares
aún en otros países. Regularmente aparecen nuevas ediciones, con explicaciones
detalladas de los cambios, avances en la investigación filatélica, nuevas
listas de errores y variedades, precios revisados y nuevas emisiones.
El Catálogo Michel se publica
en alemán y se pueden adquirir en otros países a través de una amplia red de
distribuidores. Los quince volúmenes del Catálogo
Michel siguen, actualmente, el
siguiente orden geográfico:
•
MICHEL-Deutschland-Katalog: abarca todos los sellos alemanes, incluyendo los
estados alemanes, colonias, protectorados, oficinas postales en el extranjero,
emisiones de ocupación, Danzig, Saar y las anteriores administraciones postales
de Berlín del Este y Alemania del Este.
•
MICHEL-Europa-Katalog, Band 1: Austria, Liechtenstein, Suiza, Francia, Mónaco,
España, Portugal, ONU Ginebra y ONU Viena.
•
MICHEL-Europa-Katalog, Band 2: Italia con San Marino y Vaticano, los países
balcánicos, Bulgaria, Turquía y Chipre.
•
MICHEL-Europa-Katalog, Band 3: países escandinavos.
•
MICHEL-Europa-Katalog, Band 4: Moldavia, Polonia, Rumania, Rusia, Unión Soviética,
Checoslovaquia, Chequia, Eslovaquia, Ucrania, Hungría y Bielorrusia.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 1, Nord und Mittelamerika:
abarca los países continentales desde
Panamá hacia el norte.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 2, Karibische Inseln: contiene las islas del mar Caribe, las Bahamas y las
Bermudas.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 3, Südamerika: dedicado a América del sur, pero no incluye ni las
islas Malvinas ni los territorios
antárticos.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 4, Nord und Ostafrika: abarca el norte del Sahara y los países de la costa
este, desde Egipto a Tanzania.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 5, Westafrika: países al sur del Sahara, desde Cabo Verde al Congo.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 6, Südliches Afrika: el resto de países de África, así como las islas del
Atlántico y del Océano Índico y el Golfo de Guinea.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 7, Australien, Ozeanien,
Antarktis: Australia, Oceanía y
Territorios Antárticos.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 8 Süd und Südost-Asien: sur y sudeste asiático, incluye también a Indonesia
y Filipinas.
•
MICHEL-Übersee-Katalog Band 9, Mittel und Ostasien: el norte del Himalaya, Irán, Afganistán y Japón.
•
MICHEL-Übersee-Katalog
Band 10, Naher Osten: Oriente Medio.
3.4. STANLEY
GIBBONS
Stanley Gibbons Ltd. fue fundada en 1856 por Edward Stanley Gibbons quien,
a partir de su afición por el coleccionismo de sellos, creó una de las más
conocidas compañías dedicadas a esta actividad, editora de un catálogo de
reconocido prestigio.
En 1864 se publicó el primer ejemplar de lo que se puede considerar el
primer catálogo Stanley Gibbons: Descriptive Price List and Catalogue of
British, Colonial and Foreign Postage Stamps. Así se establecieron las
bases para que Stanley Gibbons
llegara a ser no sólo una reconocida empresa filatélica, sino también una
prestigiosa editora filatélica. En el año 1879 el catálogo había alcanzado las
100 páginas y se incluían imágenes de los sellos. Más tarde se añadió la
numeración de los sellos de cada país y se vinculaban a sus espacios
correspondientes en los álbumes.
El 20 de julio de 1890 apareció el primer número de Stanley Gibbons Monthly Journal, el cual
en 1927 se convirtió en Gibbons Stamp
Monthly, coincidiendo con la nueva dirección de la compañía. Pero el hito
del momento fue la publicación del Simplified
Stamp Catalogue, generalmente conocido como Stamps of the World.
En el año 1959, S. Gibbons adquirió una de las casas de subastas
filatélicas más antiguas: Harmer Rooke
and Co. Ltd. Y en 1962, S. Gibbons se fusionó con H. E. Wingfield y,
finalmente, junto con Harmer Rooke, se creó el Grupo Stanley Gibbons.
En 1957, Stanley Gibbons se
unió a Whitman Publishing Company of Wisconsin
para producir el Whitman Stamp Catalogue,
con los precios en dólares que incluía los contenidos de Stanley Gibbons. Part I y
el listado de Naciones Unidas y los sellos de Estados Unidos.
En 1975, se alcanzó el ambicioso objetivo que se había planteado en
1972: incluir los sellos de ciertos países en los catálogos. Se empezó con la
edición en 1972 de Europa, en tres volúmenes, y se continuó con los países de
Ultramar, en cuatro volúmenes.
Algunas de las ediciones publicadas por Stanley Gibbons a lo largo del año 2005, son las siguientes:
•
GB Specialized. Vol. 2 (12ª edición): abarca desde el reinado de Eduardo
VII hasta el de Jorge VI.
•
GB Specialized. Vol. 3 (11ª edición): desde la Reina Isabel II.
•
Commonwealth & British Empire
Stamp 2005.
•
Commonwealth Simplified Catalogue
2005.
•
Western Europe Simplified Catalogue 2005.
•
Part 7. German (7ª
edición).
•
Part 9. Portugal
and Spain (5ª edición).
Actualmente, Stanley Gibbons
actúa como Sociedad de Inversión Filatélica dado que oferta productos de ahorro
e inversión basados en bienes tangibles de colección, concretamente, en
filatelia.
3.5. SCOTT
Scott Publishing Company lleva más de 130 años dedicada al mercado de la literatura
filatélica. La compañía tiene prestigio mundial como la editora de Scott Standard Postage Stamp Catalogues.
La compañía fue fundada por un joven inmigrante inglés, John Walter
Scott, que comerció con sellos en un mercado al aire libre de Nueva York tras
su llegada a América en 1863. Tras una breve estancia en el oeste, Scott volvió
a Nueva York en 1867, año en el que se dedicó permanentemente a la filatelia,
creando la primera lista de precios de sellos en junio de ese mismo año. Esta
lista de una hoja es reconocida como la predecesora del actual Scott
Postage Stamp Catalogue.
En un principio el fundador de la compañía estaba mucho más interesado
en el comercio de sellos que en la edición de publicaciones, sin embargo, no se
sentía contento sólo con esto. En 1868 creó el primero de un gran número de
álbumes de sellos y empezó a publicar un periódico mensual, conocido como Scott Stamp Monthly. El primer catálogo Scott fue un panfleto de 21 páginas con
el título Descriptive Catalogue of
American and Foreign Postage Stamps, Issued
from 1840 to Date. Lo publicó en septiembre de 1868, con el objetivo de compilar todos los sellos
del mundo con sus respectivos precios.
En la actualidad el catálogo Scott
consta de seis volúmenes. Se actualiza anualmente y contiene todos los sellos
de todo el mundo reconocidos por los editores de Scott y emitidos con fines postales. La numeración empleada por Scott es la usada por la mayoría de los
coleccionistas de sellos en Estados Unidos. La compañía también produce catálogos
especializados en sellos de Estados Unidos y en sellos clásicos del mundo
emitidos en los primeros 100 años de la historia filatélica. Cada año se hacen
importantes mejoras al catálogo.
Cada sello incluye el número Scott,
e información sobre su diseño, denominación, color, precio usado y no usado y
anotaciones adicionales, cuando proceden. Aparte de la información relativa a
los sellos, el catálogo incluye información sobre los precios basada en un
análisis de mercado y en las ventas del año anterior.
Los editores de este catálogo dominante en los Estados Unidos tienen
una gran influencia en lo que en ese país se considera un sello postal válido.
En ocasiones, existen sellos que nunca se han vendido en oficinas postales,
recogidos por otros catálogos, que no son reconocidos por Scott. Como consecuencia, los comerciantes estadounidenses rechazan
estos sellos. Por otro lado, no se recopilan sellos de los países en situación
de embargo por Estados Unidos, ya que existe la imposibilidad de adquirir estos
sellos legalmente, por lo cual no necesitan esta información. Los cambios
políticos con frecuencia afectan al listado de sellos; por ejemplo, Corea del
Norte apareció tras años de ausencia.
12.
4. EL PRECIO DE CATÁLOGO
Los precios que se reflejan en un catálogo son “precios informativos del mercado filatélico del momento”[41].
Por lo tanto, los precios que ofrecen los catálogos son tan sólo de referencia
y el precio comercial no responde siempre a dicha valoración; aunque es cierto
que se acercan bastante a la realidad ya que son aceptados por el mercado
filatélico, es decir, los comerciantes y los coleccionistas, que se agrupan en
asociaciones y federaciones para defender sus intereses y derechos y que actúan
regulando el mercado.
En otros mercados podemos encontrar analogías respecto al precio de
catálogo, las cuales merecen ser analizadas como ayuda para entender la
idiosincrasia del precio de catálogo (epígrafe 4.1.). Tras analizar dichas
analogías, se mostrarán cuáles son tanto las principales bondades (epígrafe
4.2.), así como las limitaciones (epígrafe 4.3.) que presentan los precios de
catálogo como valores de referencia del mercado filatélico secundario.
4.1. ANALOGÍAS DEL PRECIO DE CATÁLOGO
Encontramos figuras similares a las de los catálogos filatélicos en
otros mercados, tales como el de los vehículos usados, los cuales son
comúnmente aceptados, de entre otros, por el Estado y los sujetos pasivos. Así
pues, la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, en la exposición
de motivos, reconoce que “la reforma de
los elementos estructurales del Impuesto sobre el Patrimonio plantea como
problema central el de la valoración de los distintos elementos patrimoniales
de los que es titular el sujeto pasivo. La regla más acorde, con una justa
determinación de la capacidad contributiva, como es la que remite esta cuestión
al valor de mercado, debe ceder en muchos casos su lugar a reglas específicas
de valoración en beneficio de la seguridad jurídica del contribuyente que no puede
discutir anualmente con la Administración dicho valor con respecto a sus
bienes. La consecuencia es la aparición en el sistema tributario de nuevas
reglas de valoración respecto de bienes que ya son objeto de valoración o de
comprobación de valores a efectos de otros tributos, singularmente los
transmisorios, lo que determina, a su vez, la demanda de que la legislación
configure un valor fiscal unitario aplicable a los bienes en todo el sistema
tributario”.
Así pues, el artículo 18 de la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto
sobre el Patrimonio, establece que para determinar el valor de mercado de los
vehículos usados, se podrán usar las tablas aprobadas por el Ministerio de
Economía y Hacienda, a efectos del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y
Actos Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
Un ejemplo de estas tablas, se encuentra en los anexos I, II, III y IV
de la Orden de 14 de diciembre de 2001, por la que se aprueban los precios
medios de venta aplicables en la gestión del Impuesto sobre Transmisiones
Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, Impuesto sobre Sucesiones y
Donaciones e Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte. En el
anexo I de esta Orden se relacionan 2.805 vehículos y 416 todo terreno, lo cual
supone un total de 3.221. En dicho anexo se especifica la marca, el modelo o
tipo, la cilindrada del motor (en centímetros cúbicos), el número de cilindros,
las características, los caballos de vapor fiscales y, lo más importante, el
valor en euros para el año 2002 de todos los vehículos que se comercializan en
el mercado español del automóvil. A dicho importe, es necesario aplicarle los
coeficientes reductores que se encuentran en el anexo IV de esta Orden, en
función de los años de utilización del vehículo[42].
Obviamente, el precio hallado para los vehículos usados no coincide
siempre con el valor de mercado, dado que los primeros no ponderan todas las
características de los bienes. Así pues, por ejemplo, para hallar el precio de
un vehículo usado tan sólo se analiza su modelo y los años de uso, ignorando
otras variables tan importantes como el kilometraje o el estado de conservación
del mismo. No obstante, si bien estos valores presentan ciertas limitaciones
debido a la simplificación del modelo usado al valorarlos, el precio obtenido
es utilizado no tan sólo a efectos fiscales, sino también para determinar
indemnizaciones, sumas aseguradas, embargos, etcétera.
La valoración del precio de los vehículos usados, basada en una tabla
donde se particulariza el precio para cada modelo, se justifica por la, hasta
cierto grado, estandarización de los vehículos usados, dado que todos ellos
pueden ser catalogados dentro de un modelo. De igual forma, los sellos de
colección pueden ser catalogados en función de su correspondiente emisión. Por
lo tanto, la valoración del precio en el mercado filatélico debería ser similar
a la de los vehículos usados, esto es, por medio de tablas donde se
particularice el precio para cada sello y emisión.
A este respecto, cabe señalar que el artículo 27 de la Ley 19/1991, de
6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, permite una tasación pericial
para aquellos bienes y derechos mencionados en los artículos 18[43],
19[44]
y 24[45][46][47]0,
excepto cuando se haga uso de las tablas de valoración de vehículos usados
aprobadas por el Ministerio de Economía y Hacienda, a efectos del Impuesto
sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y del Impuesto
sobre Sucesiones y Donaciones. Dado que los sellos no tienen un tratamiento
individualizado en la Ley 19/1991, de 6 de junio, éstos son uno de los “demás bienes y derechos de contenido
económico” del cual trata el artículo 24. Por lo tanto, se acepta una
tasación pericial a efectos del Impuesto sobre el Patrimonio para los sellos.
Por lo tanto, dado que los catálogos filatélicos son hasta cierto grado
valoraciones periciales y éstas se realizan por cada sello o emisión de sellos,
permitiendo formar un listado de los mismos, consideramos que la valoración del
precio en el mercado filatélico secundario debería hacerse teniendo en cuenta
las valoraciones de los catálogos filatélicos.
4.2. BONDADES DEL PRECIO DE CATÁLOGO
Tal y como se ha razonado en el epígrafe 4.1., los precios de catálogo
son valoraciones periciales que realizan verdaderos expertos del sector
filatélico que permiten conocer el valor de un sello. Además, el empleo de los
precios de catálogo como valor de referencia para analizar el comportamiento del
mercado filatélico presenta serias ventajas.
En primer lugar, respecto a su representatividad del mercado
filatélico, cabe señalar que los precios de catálogo suelen usarse por parte de
los comerciantes filatélicos para cifrar el precio de venta de los sellos. Si
bien las subastas simplemente representan el 13% del volumen de negocio total
en valor absoluto del sector de la filatelia en España, en venta al consumidor
final o coleccionista (motivo por el cual el precio de subasta es poco
representativo del mercado filatélico), el 80% de las ventas del sector
corresponden a venta directa en tienda y ofertas por correo[48]. Y es en
este tipo de ventas donde se usa el precio de catálogo para cifrar el importe a
pagar por parte del comprador filatélico. Por tanto, el precio de catálogo es
el más representativo del mercado
filatélico, dado que la mayor parte de las transacciones realizadas se
basan en ese precio.
En segundo lugar, y a diferencia de la opacidad de la información
relativa a los precios de subasta, los precios de catálogo presentan
valoraciones anuales para todos los sellos de curso legal emitidos,
diferenciando variedades y calidades. Por tanto, la información es clara y transparente. No obstante, si bien la
información es más abundante que la relativa a las subastas, sigue siendo
escasa, dado que permite conocer la valoración filatélica tan sólo de forma
anual.
En tercer lugar, la información
disponible está sistematizada en modelos estandarizados, con numeraciones
de cada uno de los sellos emitidos por un país, indicando con claridad sus
variedades y calidades.
4.3. LIMITACIONES DEL PRECIO DE CATÁLOGO
No obstante, los precios de catálogo son sólo precios orientativos del
mercado filatélico, que no siempre van a coincidir con el precio obtenido en
una subasta. La tabla 2, muestra tanto
los precios de catálogo como los de salida y remate obtenidos en dos subastas
acontecidas el 10 de mayo de 1996 (“Ecuador y Países iberoamericanos”, la cual
denominaremos subasta A) y el 21 de noviembre de 1995 (“Angelo Lima”, la cual
denominaremos subasta B) realizadas por la casa de subastas Afinsa Auctions. Tal y como puede
observarse en esta tabla, los precios recogidos en catálogos de años
posteriores a la realización de estas subastas eran inferiores a los de remate
obtenidos.
El que los precios de catálogo no coincidan exactamente con los precios
obtenidos en una subasta, se debe, al menos, a tres circunstancias, que pasamos
a analizar a continuación[49].
Tabla 2:
Precios de catálogo versus precios de subasta (en miles de pesetas)
País |
Precio catálogos |
Precio última subasta |
|||||||
Tipo
|
Año
|
Nº |
Descripción |
Precio (divisa) |
Precio |
Subasta
|
Salida
|
Remate
|
|
Ecuador |
Scott |
1997 |
2c |
½ Real azul. 1865-72 |
125 USD |
19,075 |
A |
30 |
60 |
Ecuador |
Scott |
1997 |
25 |
½ Real azul. 1865-72 (usado) |
22,5 USD |
3,433 |
A |
15 |
15 |
Ecuador |
Scott |
1997 |
4a |
1 Real amarillo oliva. 1865-72 (bloque de 9
ejemplares) |
13 USD por unidad |
1,984 |
A |
25 |
30 |
Chile |
Scott |
1997 |
1 |
5 centavos chocolate. 1854 (con marquilla) |
375 USD |
57,225 |
A |
80 |
80 |
España |
Edifil |
1998 |
801 |
30 céntimos 1936. Escudo de España (nuevo) |
|
130 |
A |
190 |
190 |
España |
Edifil |
1998 |
49 |
1 Real 1856-59. Isabel II |
|
3 |
A |
25 |
26 |
España |
Edifil |
1998 |
255 |
10 pesetas. 1901-05. Alfonso XIII |
|
65 |
A |
47 |
75 |
España |
Edifil |
1998 |
596s |
15 céntimos. 1931. Alfonso XIII |
|
35,5 |
A |
45 |
85 |
España |
Edifil |
1998 |
946s |
4 pesetas. 1941-47. Juan de la Cierva |
|
63 |
A |
130 |
150 |
España |
Edifil |
1998 |
1083 |
1950. Visita caudillo a Canarias. Sin cifra
control al dorso |
|
700 |
A |
750 |
750 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
1 |
5 reis, tipo I. 1853. D. María II (nuevo) |
12.000 FRF |
336 |
B |
375 |
400 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
2 |
25 reis, tipo I. 1853. D. María II (matasellado) |
500 FRF |
12,65 |
B |
40 |
110 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
3 |
50 reis, tipo I. 1853. D. María II (nuevo) |
18.000 FRF |
455,4 |
B |
600 |
600 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
1 |
50 reis, tipo I. 1853. D. María II (nuevo,
tira de cuatro) |
18.000 FRF
por unidad |
455,4 |
B |
4.000 |
4.250 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
4 |
100 reis. 1855/56. D. María II (nuevo) |
120.000 FRF |
3.026 |
B |
2.750 |
3.750 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
4 |
100 reis. 1855/59. D. María II (nuevo: par
horizontal) |
120.000 FRF
por unidad |
3.036 |
B |
15.050 |
26.000 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
6 |
25 reis. Tipo I. 1855/56. D. Pedro V
(nuevo) |
4.000 FRF |
101,2 |
B |
110 |
160 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
8 |
100 reis. 1855/56. D. Pedro V (nuevo: par
horizontal) |
4.000 FRF
por unidad |
101,2 |
B |
240 |
250 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
15 |
25 reis. 1862/64. D. Luis I (nuevo) |
500 FRF |
12,65 |
B |
70 |
70 |
Portugal |
Yvert
|
1998 |
17 |
100 reis. 1862/64. D. Luis I (nuevo: par
horizontal) |
4.000 FRF x 3 |
101,2 |
B |
325 |
425 |
Fuente: Coca (1998)
En primer lugar, la formación de los precios de catálogo se realiza por
las asociaciones de comerciantes filatélicos de cada país y, dependiendo de la
ética profesional de cada asociación, serán más o menos serios en la confección
de dichos catálogos[50].
No obstante, las asociaciones de comerciantes tienen que reflejar la veracidad
del precio, ya que si no son reales, las
asociaciones de coleccionistas no las tendrían en cuenta.
En segundo lugar, los stocks de los comerciantes afectan al precio de
catálogo. Así pues, cuando éstos no tienen stocks sobre unos determinados
sellos no se producen subidas, mientras que cuando sí tienen stocks se producen
subidas[51].
Respecto a estos dos primeros aspectos, sería muy pertinente para
reducir los niveles de subjetividad en los criterios usados para confeccionar los
precios de catálogo, el que futuras investigaciones contemplaran la posibilidad
de elaborar medidores de eficiencia de las tasaciones de los catálogos
filatélicos. Así pues, si se elaborara una base de datos con los precios de
diferentes catálogos para una misma filatelia (por ejemplo, todo el continente
europeo), podría obtenerse el valor medio de dichos precios. Por tanto, se
podrían confeccionar medidores de eficiencia que se basarán en el cálculo de
distancias respecto al precio de catálogo medio obtenido, despreciando los
valores máximos y mínimos, para cada sello. Si dichos medidores de eficiencia
se elaboraran por instituciones independientes (por ejemplo, Universidades o
Academias de Ciencias) y se publicara tanto la metodología empleada como los resultados
obtenidos (quizás usando el formato de ranking), los editores de catálogos
deberían progresivamente reducir sus criterios subjetivos en pos de la
objetividad que les permitiría mejorar sus ratios de eficiencia y, por ende,
ascender su posición en el ranking.
Finalmente, en tercer y último lugar, los catálogos diferencian tan
sólo entre sello nuevo, sello con charnela y sello usado, mientras que los
coleccionistas diferencian catorce calidades diferentes en un mismo sello[52].
Obviamente, en función de las calidades el precio oscilará a la alza o
a la baja.
13.
5. CONCLUSIONES: MODELO PROPUESTO DE VALORACIÓN DEL
MERCADO FILATÉLICO
Tal y como expusimos, el objetivo perseguido era diseñar un modelo que
facilitase la elaboración de análisis empíricos relativos a la inversión en
filatelia. Así pues, pasamos a desarrollar a continuación dicho modelo.
En primer lugar, es necesario escoger el precio de referencia a usar. A
este respecto cabe señalar que, el precio de subasta presenta muchas y serias
limitaciones, tales como: dificultad al elegir el precio de subasta que servirá
de referencia, dificultad al calcular partidas que componen las valoraciones
filatélicas, diversos parámetros inciden en el precio obtenido en subasta, poca
representatividad del mercado filatélico e información muy opaca, no
sistematizada en modelos estandarizados y escasa. Así pues, es necesario elevar
el precio de catálogo como el precio de referencia por excelencia del mercado
filatélico, si bien no va a coincidir siempre con el precio de mercado
obtenido. Por lo tanto, se propone emplear
el precio de catálogo para elaborar
la base de datos que permita realizar análisis empíricos.
No obstante, los precios que marcan los distintos catálogos para el
mismo sello no siempre son los mismos. Por lo tanto, para suavizar la
subjetividad que tienen los precios de cada catálogo, la valoración de los
mismos se realizará incluyendo en la
base de datos más de un catálogo de prestigio internacional, que permitirá
obtener medidas de posición central para los precios filatélicos.
Obviamente, dicha valoración se
realizará anualmente, dado que los catálogos filatélicos tienen una
periodicidad anual y sus precios suelen ser revisados de forma anual.
También, habrá que tener en
cuenta en la valoración, al menos las
principales calidades de sellos que se distinguen en los catálogos
filatélicos, es decir: sellos nuevos, sellos con charnela y sellos usados.
No obstante, como no podría ser de otro modo, este modelo presenta
algunas limitaciones, siendo éstas las principales:
•
La actualización
de precios se realiza tan sólo anualmente, dado que ésta es la periodicidad
habitual en la que se editan los catálogos.
•
Existe
divergencia entre los precios de los diferentes catálogos; si bien esta
circunstancia puede salvarse acudiendo a alguna medida de posición central[53],
esto es, calculado la media de los precios de los distintos catálogos para un
mismo sello.
•
Los precios de
catálogo no tienen en cuenta todas las calidades, sino que tan sólo valoran
tres de las hasta catorce posibles.
14.
BIBLIOGRAFÍA
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reserve prices may be kept secret”, Journal
of Economic Theory, vol. 65, pp. 575-584.
[1] Por ejemplo, Mónaco, uno
de los más de 150 emisores filatélicos, había emitido hasta el año 2003 un
total de 2.858 sellos.
[2] Gramp (1991), p. 24.
[3] Coca (2001), p. 129.
[4] Mochón (2003), p. 33, 34.
[5] Véase Torres (2006), pp.
53-57.
[6] Partida necesaria para
realizar la valoración según el principio de precio de adquisición.
[7] Partida necesaria para
realizar la valoración según el principio de valor razonable.
[8] Partida necesaria para
realizar la valoración según el principio de precio de adquisición.
[9] Operación necesaria tanto
para valorar la filatelia según el principio de valor de mercado como al usar
el principio de valor razonable en las valoraciones realizadas entre el momento
de la compra y el de la venta.
[10] Coca (1998) demuestra a
través de un análisis econométrico que, por cada punto porcentual de inflación
acumulada durante un período de 10 años, la revalorización que experimenta la
filatelia es de 2,86 puntos.
[11] Partida necesaria para
realizar la valoración según el principio de valor razonable tanto para el
momento de la compra, como para cualquier otro entre dicho momento y el de la
venta.
[12] El cual puede hallarse en
Mochón (2003), pp. 30, 31, 45-65.
[13] Mochón (2003), pp. 46-49.
[14] Por ejemplo, la subasta japonesa consiste también en
una subasta al alza, no obstante, en vez de realizar sucesivas pujas, los
participantes abandonan la subasta, sin poder volver a reincorporarse; con lo
cual, se adjudica el lote al último participante que se mantiene en la sala.
[15] Este modelo de subasta
debe su nombre a William Vickrey, premio Nobel de 1996.
[16] Mochón (2003), pp. 89-91.
[17] Mochón (2003), pp. 77-82.
[18] Según Mochón (2003), “los lotes que tienen una valoración común u
objetiva son aquellos para los que existe una valoración de mercado y por tanto
el valor del lote debería ser el mismo para todos los compradores” (p. 39).
[19] Según Mochón (2003), “la valoración privada o subjetiva de un
lote hace referencia a aquellos lotes a los que cada comprador les da una
valoración diferente, en función de aspectos personales e incluso
sentimentales” (p. 40).
[20] Riley y Samuelson (1981),
Kagel y Roth (1995).
[21] Dado que en estos
sectores suelen utilizarse estos dos tipos de subasta: al alza y la de Vickrey.
[22] Mochón (2003), pp. 72-76,
90, 299, 300.
[23] Mochón (2003), pp. 30,
31.
[24] Véase el epígrafe 3.1.
[25] Véase el epígrafe 3.1.
[26] Este informe está
disponible en la página web de la
asociación: www.aece.org.
[27] Siglas en inglés para Business to Consumer, esto es, modelo de
negocio en el que compañías venden sus productos a los consumidores finales a
través de Internet.
[28] En inglés, bidding momentum.
[29] Mochón (2003), pp. 42-45.
[30] Mochón (2003), p. 74.
[31] Vincent (1995).
[32] Katkar y Lucking-Reily
(2000).
[33] Mochón (2003), p. 56.
[34] Mochón (2003), pp. 142,
143.
[35] Mochón (2003), p. 148.
[36] Coca (1998), p. 140.
[37]
Son aquéllos que “soportan la máxima
carga del consumo postal, y sus numerosas reimpresiones no están sujetas a
disposiciones oficiales, sino que quedan a la discreción del correo. Al ser los
efectos de mayor consumo y circulación, tradicionalmente han representado la efigie
del Jefe del Estado, un emblema nacional o simplemente las cifras indicativas
de su valor” [Coca (1998), p. 72].
[38] Una emisión es un “conjunto de sellos distintos que se ponen
a la venta el mismo día y en virtud de una misma disposición oficial. Suelen
responder a un mismo motivo, tema o idea inspiradora” [Coca (2001), p.
236].
[39] En francés, Association Internationale des Editeurs de
Catalogues de timbres-poste, d’albums et de publications philateliques.
[40] Por aquella época los
editores de catálogos cambiaban la numeración cuando descubrían sellos
omitidos.
[41] Coca (2001), p. 125.
[42] En los anexos II y III de
la Orden de 14 de diciembre de 2001, se regulan los precios de las
embarcaciones a motor usadas.
[43] “Artículo 18.-Joyas, pieles de
carácter suntuario y vehículos, embarcaciones y aeronaves.
Las joyas, pieles de
carácter suntuario, automóviles, vehículos de dos o tres ruedas, cuya
cilindrada sea igual o superior a 125 centrímetros cúbicos, embarcaciones de
recreo o de deportes náuticos, aviones, avionetas, veleros y demás aeronaves,
se computarán por el valor de mercado en la fecha de devengo del Impuesto”.
[44] “Artículo 19. Objetos de arte y
antigüedades.
[45] . Los objetos de arte o
antigüedades, se computarán por el valor de mercado en la fecha de devengo del
Impuesto.
[46] . Sin perjuicio de la
exención que se contempla en el artículo 4, apartados 1, 2 y 3 de la presente
Ley, se entenderá por:
a) Objetos
de arte: las pinturas, esculturas, dibujos, grabados, litografías u otros
análogos, siempre que, en todos los casos, se trate de obras originales.
b) Antigüedades: los bienes muebles, útiles
u ornamentales, excluidos los objetos de arte, que tengan más de cien años de
antigüedad y cuyas características originales fundamentales no hubieran sido
alteradas por modificaciones o reparaciones efectuadas durante los cien últimos
años”.
[47] “Artículo 24.-Demás bienes y
derechos de contenido económico.
Los demás bienes y derechos de contenido
económico, atribuibles al sujeto pasivo, se valorarán por su precio de mercado
en la fecha del devengo del Impuesto”.
[48] Mochón (2003), pp. 142,
143.
[49] Coca (2001), p. 125.
[50] Coca (2001), p. 126.
[51] Coca (2001), p. 130.
[52] Coca (2001), p. 129.
[53] Media aritmética,
geométrica, harmónica, ponderada.
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