sábado, 13 de noviembre de 2021

(La pluma invitada:) LA VALORACIÓN EN EL MERCADO FILATÉLICO

 Esta es una extracción de 2 breves ensayos, fusionados.


LA VALORACIÓN EN EL MERCADO FILATÉLICO (I): EL EMPLEO DEL PRECIO DE SUBASTA EN ANÁLISIS EMPÍRICOS

 

José Torres Pruñonosa, jose.torres@actuarios.org, Universitat Autònoma de Barcelona

José Luis Coca Pérez, dir-reg-extremadura@afinsabt.com, Universidad de Extremadura

 

 

RESUMEN

El objetivo es analizar las limitaciones del precio de subasta para su empleo en análisis empíricos. Para ello se analizarán algunos elementos de las subastas que pueden afectar al precio de subasta obtenido, tales como: la elección del precio de subasta, la elección del modelo de subasta, la forma de realizar una subasta, la forma de efectuar la puja, la existencia del precio de reserva privado y la honestidad de la casa de subastas. Todos ellos y otras limitaciones del precio de subasta muestran que dicho precio no es el idóneo sobre el cual realizar análisis empíricos en el mercado secundario filatélico.

 Dado que el precio de subasta no es el candidato idóneo para realizar análisis empíricos, el objetivo perseguido es analizar si el precio de catálogo puede ser empleado como precio de referencia del mercado secundario filatélico para realizar análisis empíricos. Tras analizar tanto sus bondades como sus limitaciones, se propondrá un modelo de valoración que facilitará la elaboración de análisis empíricos relativos a la inversión en filatelia.

 

1.  OBJETIVO

 

Uno de los principales problemas de la investigación en bienes tangibles de colección y, particularmente, en filatelia, es la escasez y opacidad de la información relativa a los precios, si lo comparamos con otros mercados como, por ejemplo, los financieros (los cuales tienen precios diarios e incluso intradía). Esta circunstancia real no elimina la existencia de un mercado (el filatélico) que mueve millones de euros anualmente, pero sí dificulta la elaboración de análisis empíricos.

 Todo ello es consecuencia de la existencia de dificultades a la hora de determinar los precios en el mercado secundario filatélico, debido a que éste no está organizado y no existe ningún tipo de Cámara de Compensación oficial que haga las funciones propias de ésta. Esto último es debido, principalmente, a que el activo negociado en el mercado filatélico es excepcionalmente heterogéneo. Y es que además de negociarse multitud de valores filatélicos[1], existe heterogeneidad entre un mismo sello atendiendo a parámetros de calidad, con su correspondiente variación en el precio.  Esta situación contrasta en gran manera con los mercados financieros clásicos, donde una de sus características básicas, que ha permitido la creación de Cámaras de Compensación que han dotado de mayor liquidez al mercado, ha sido precisamente la homogeneidad de los activos negociados. 

 No obstante, lo anterior no quiere decir que no existan mecanismos de asignación de recursos y precios en el mercado secundario filatélico. Uno de estos mecanismos, quizás el más clásico, típico y tópico, es el de las subastas. Sobre ellas, Pierre Auguste Renoir indicó un factor clave en la determinación del precio de los bienes tangibles de colección, cuando hablando de arte dijo: “Métete esto en la cabeza: nadie sabe realmente nada sobre ello. Sólo hay un indicador para determinar el valor de un cuadro, y es la sala de subastas[2]. Con el sello sucede lo mismo, el precio se determinará cuando “alguien” pague un precio por él, y eso sucede en las subastas[3]. De hecho, simplificando la realidad al extremo, se podría afirmar que para obtener el valor de mercado de un sello en concreto, es necesario acudir a la última subasta donde se haya vendido dicho sello, siendo el precio de la compra-venta el que será considerado como valor de mercado. Si la realidad fuese tan simple, a la hora de seleccionar un precio filatélico para elaborar análisis empíricos, el candidato óptimo sería el precio de subasta. No obstante, tal y como veremos a continuación, la realidad es bastante más compleja.

 Así pues, no existe un único precio de subasta, con lo cual sería preciso determinar cuál de ellos y con qué correcciones valorativas debería seleccionarse como valor de mercado de un sello (epígrafe 2). Por otro lado, existen distintos modelos de subastas que pueden llegar a alterar el precio de remate, en función del modelo elegido (epígrafe 3). Además, también existen otros elementos que pueden afectar los precios obtenidos en las subastas, tales como la forma de realizar una subasta, la forma de efectuar la puja, la existencia del precio de reserva privado e incluso el grado de honestidad de la casa de subastas (epígrafes del 4 al 7). Por consiguiente, todos estos aspectos y otros analizados en el epígrafe 8, muestran que existen serias limitaciones para usar el precio de subasta como precio filatélico de referencia para realizar análisis empíricos. 

 

 

2.  LA ELECCIÓN DEL PRECIO DE SUBASTA

Tal y como se ha mostrado, puede razonarse que el valor de un sello es aquél que se obtiene en una subasta, es decir, que el precio de mercado de un sello es el precio de subasta. Con esta máxima, la valoración filatélica pudiera parecer fácil y simple; no obstante, cabe tener que en cuenta que en una subasta no nos encontramos con un único precio, con lo cual, será preciso elegir cuál de los precios y con qué correcciones valorativas es el que se considera que representa el valor de un sello.

En cualquier tipo de subasta podemos encontrarnos con, al menos, los siguientes precios[4]:

       Precio de tasación: es el precio que designan expertos antes de la realización de la subasta y que servirá de referencia para determinar el precio de salida.

       Precio de salida: es el precio por el que el lote sale a subasta y normalmente lo establecen, antes que comience la subasta, la casa de subastas conjuntamente con el vendedor. Así pues, el precio de salida constituirá el precio mínimo de venta del lote, salvo que exista un precio de reserva.

       Precio de reserva: es el precio más bajo al que el vendedor está dispuesto a vender el lote. Dicho precio puede ser público (si coincide con el de salida) o privado (si no coincide con el precio de salida y se desconoce por parte de los posibles compradores) y, en todo caso, debe establecerse antes de la celebración de la subasta.

       Precio de remate, de adjudicación o de martillo: es el precio final al que se adjudica el lote, es decir, el precio de la última puja realizada por el mejor postor. Por lo tanto, será el precio que tendrá que pagar el comprador, excluyendo la comisión de la casa de subastas y los pertinentes impuestos.

       Precio récord: es el precio más alto al que se ha adjudicado dicho lote en subastas anteriores. Su uso se circunscribe al sector del arte y de los bienes tangibles de colección y sirve como referencia para valorar los lotes en subastas posteriores.

Si tomamos por válida la máxima de que el valor de mercado de la filatelia es el obtenido a través de una subasta, se plantea la disyuntiva de decidir cuál de los precios antes indicados debe escogerse. A este respecto, cabrían distintas interpretaciones atendiendo a distintos principios de valoración[5], tal y como puede observarse en el cuadro 1.

 

Cuadro 1: Los principios de valoración y la valoración filatélica

 

Principio

Momento

 

Valoración

Precio de adquisición

 

+

+

Precio de remate

Comisión a la casa de subastas del comprador

 

 

+

Impuestos a pagar por el comprador

Valor de mercado

 

+

+

Precio récord

Capitalización a la tasa de inflación

 

En la compra

+

-

Precio de remate

Comisión a la casa de subastas del vendedor

Valor razonable

 

-

Última puja

Entre la compra y la venta

+

-

-

+

Precio de remate

Comisión a la casa de subastas del vendedor

Última puja

Capitalización a la tasa de inflación

En la venta

+

-

Precio de remate

Comisión a la casa de subastas del vendedor

 

Fuente: Torres (2006)

Así pues, el aceptar el precio de subasta como el valor de referencia para tasar la filatelia, presenta muchas disyuntivas y limitaciones, simplemente a la hora de efectuar la elección del precio de subasta que servirá de referencia como valor de la filatelia. 

Además, también las partidas que componen las valoraciones filatélicas atendiendo a los distintos principios, presentan serias limitaciones como para usarlas en la elaboración de una base de datos que permita la realización de análisis empíricos del mercado filatélico secundario. A continuación, analizaremos las limitaciones que presentan cada una de estas partidas.

En primer lugar, cabe señalar que, si bien es cierto que en el sector del arte y de los bienes tangibles de colección en España, la comisión que el comprador suele pagar a la casa de subastas es del 15% sobre el precio de remate, tanto las comisiones a pagar por parte del comprador[6] como del vendedor[7] a la casa de subastas, son importes que no son siempre públicos. Además, para el cálculo según el principio de valor razonable en el momento de la compra y entre éste y el de la venta, la comisión debería calcularse no sobre el precio de remate, sino sobre el precio de venta menos la última puja, dificultándose así aún más la valoración a realizar.

En segundo lugar, los impuestos[8] directos que deberá pagar el comprador por la adquisición de la pieza filatélica (de forma particular en España, el Impuesto sobre el Valor Añadido), pueden ser importes variables en función del margen de beneficio de la casa de subastas. Por tanto, además de su componente de variabilidad en función de quién es la casa de subastas que interviene y del ejercicio fiscal en el que se realice la compra (dado que el margen de beneficio de la casa de subastas puede variar de ejercicio a ejercicio), dichos porcentajes no suelen ser públicos. No obstante, también es posible que se opte por tributar al tipo fijo, que actualmente en España es del 16%. Sin lugar a dudas, esta circunstancia dificulta en gran manera la valoración filatélica en función de los precios de subasta.

En tercer lugar, la capitalización[9] de precios históricos al momento deseado, teniendo como factor de capitalización la tasa de inflación entre la fecha de realización de la subasta y el momento para el cual se desea saber el valor de la filatelia, es una simplificación excesiva de la realidad que distorsiona la valoración y que incluye  componentes subjetivos, tales como:

       La suposición de que todos los sellos a valorar se revalorizan de forma positiva, máxima que no es cierta dado que los sellos que sólo sirven para coleccionar pero no para invertir, presentan en algunos años revalorizaciones negativas. 

       La suposición de que la revalorización que tendrá la filatelia a valorar es la misma que la que experimentarán los precios a nivel general, esto es, la inflación. Si bien es cierto que como valor-refugio que

es la filatelia, la inflación influye en su tendencia de precios, la tasa a la que se revaloriza la filatelia, en media, suele ser superior a la de la inflación[10].  

Finalmente, respecto al importe relativo a la última puja[11], cabe señalar que no es un importe que siempre sea público y que, en ocasiones, ni siquiera existe registro del mismo. Esto último ocurre, de forma particular, cuando el sistema de pujas es libre, esto es, cuando las normas de la subasta no establecen los incrementos de puja que se deben realizar, sino que éstos son libres por parte de los agentes compradores que intervienen. En otras ocasiones, los incrementos de pujas no son libres, sino que éstos vienen marcados en función del rango de precios al que se esté pujando. 

Por tanto, según todo lo expuesto, la elección del precio de subasta como precio de referencia para valorar un sello, reporta tantas disyuntivas, incógnitas, dudas y limitaciones que hace desaconsejable usarlo como fuente de información para elaborar análisis empíricos del mercado secundario filatélico.

 

3.  LA ELECCIÓN DEL MODELO DE SUBASTA 

A lo largo del presente epígrafe mostraremos cómo el modelo de subasta empleado a la hora de subastar una pieza filatélica puede tener incidencia en el precio de remate obtenido. 

Así pues, para empezar mostraremos los principales modelos de subastas existentes (epígrafe 3.1.). No obstante, si bien el Teorema de la Equivalencia del Ingreso establece que los precios obtenidos a través de los principales modelos de subastas no varían, estudios teóricos y análisis empíricos muestran lo contrario, cuando las hipótesis de dicho teorema se relajan (epígrafe 3.2.). Por tanto, debido a que los precios varían en función del modelo de subasta empleado, la elección del precio de subasta como valor para realizar la base de datos que permita elaborar análisis empíricos filatélicos presenta serias limitaciones.

 

3.1.  MODELOS DE SUBASTAS

Sin ánimo de realizar una tipología pormenorizada de las subastas existentes[12], los principales modelos de subasta son los siguientes[13]:

       Subasta al alza, ascendente o inglesa: es aquélla en la que se comienza por un precio de salida bajo, el cual se incrementa a través de sucesivas pujas, hasta que queda un único participante, al cual se le adjudica el

lote al precio de remate. Esta es la subasta clásica – si bien existen variaciones[14] sobre la misma – y se caracteriza por generar las condiciones adecuadas para fomentar competencia entre los participantes.

       Subasta a la baja u holandesa: es aquélla en la que se comienza por un precio de salida alto, el cual lo reduce el director de la subasta. Cuando un participante realiza una puja por el precio indicado por el director de la subasta, se produce la adjudicación del lote. 

       Subasta por plica de primer precio o a sobre cerrado de primer precio: es aquélla en la que los posibles compradores realizan una única puja, la cual se introduce en un sobre cerrado. Quien haya realizado la puja más alta, es a quien se le adjudica el lote, al precio indicado en su puja, esto es, al más alto.

       Subasta de Vickrey[15], por plica de segundo precio o a sobre cerrado de segundo precio: es aquélla en la que los posibles compradores realizan una única puja, la cual se introduce en un sobre cerrado. Quien haya realizado la puja más alta, es a quien se le adjudica el lote, pero no al precio por el que ha pujado, esto es, al precio más alto, sino a la segunda puja más alta más el incremento de puja que se establezca según las normas de la subasta.

 

3.2.  EL TEOREMA DE LA EQUIVALENCIA DEL INGRESO

Según el Teorema de la Equivalencia del Ingreso[16] (en inglés Revenue-Equivalence Theorem), los cuatro modelos de subasta descritos en el epígrafe 3.1. reportan el mismo ingreso esperado al vendedor, si los escenarios están sujetos a las siguientes hipótesis:

       Los agentes que intervienen en la subasta son neutrales al riesgo.

       Los agentes que intervienen en la subasta tienen funciones de valoración del lote independientes.

       Los agentes que intervienen en la subasta tienen funciones de valoración del lote simétricas.

       Los pagos dependen únicamente de las pujas realizadas y no de otras variables.

 

Si bien es cierto que cumpliéndose las supracitadas hipótesis, todos los modelos de subasta aportarían el mismo ingreso esperado, la varianza en todos los modelos no es la misma. Así pues, las subastas por plica de primer precio y las subastas a la baja tienen una varianza menor que las subastas al alza y las subastas de Vickrey.

No obstante, si se relajan las hipótesis[17] del modelo propuesto, nos encontramos con las siguientes variaciones en los ingresos esperados de los vendedores en función del tipo de subasta seleccionada:

       Si los agentes que intervienen en la subasta no son neutrales al riesgo, y concretamente, si tienen aversión al riesgo, la subasta por plica de primer precio reporta mayores ingresos esperados a los vendedores que los ingresos esperados en la subasta ascendente y en la subasta de Vickrey.

       Si existe correlación positiva entre los agentes que intervienen en la subasta y las valoraciones que realizan éstos de los lotes son optimistas, las subastas al alza suponen unos ingresos esperados superiores a los de las subastas por plica de primer precio y a los de las subastas de Vickrey. 

       Si los agentes que intervienen en la subasta tienen funciones de valoración del lote asimétricas, nos encontramos con las dos siguientes posibilidades: 1) si se está subastando un lote de valoración común[18], las subastas por plica de primer precio generan unos ingresos esperados superiores a los de las subastas al alza; y 2) si se está subastando un lote de valoración privada[19], las subastas por plica de primer precio generan unos ingresos esperados superiores a los de las subastas de Vickrey

Estudios teóricos y análisis empíricos muestran que los precios sufren alteraciones en función del modelo de subasta empleado[20]. En uno de ellos, Mochón (2003) contrasta la hipótesis de la equivalencia en el ingreso esperado entre las subastas al alza (subastas en sala) y las de Vickrey (subastas por correo), en el sector español de las subastas filatélicas y numismáticas[21], suponiendo que se cumplen las siguientes tres hipótesis del Teorema de la Equivalencia del Ingreso: 1) que los participantes tienen valoraciones privadas e independientes sobre los lotes; 2) que dichas valoraciones son simétricas; y 3) que los pagos dependen únicamente de las pujas realizadas. El único supuesto que no se ha asumido es la indiferencia de los participantes ante el riesgo. Las principales conclusiones obtenidas en esta investigación empírica son las siguientes:

       El precio medio de salida de las subastas en sala es, en media, muy superior al de las subastas por correo.

       El número de lotes que se subastan en sala es bastante inferior al que se subasta por correo.

       Las subastas por correo son más homogéneas entre sí que las subastas en sala, esto es, que en las subastas por correo hay una menor varianza en el precio medio de salida de los lotes, así como en el número de lotes subastados.

       Si bien el porcentaje de adjudicación del número de lotes y del valor de los lotes es, en media, superior en las subastas por correo que en las subastas en sala, la mediana del porcentaje del valor de los lotes es superior en las subastas en sala. Además, la varianza de las subastas en sala es superior a las subastas por correo. Si bien los resultados obtenidos permiten afirmar que la diferencia en media de ambos modelos de subastas no es estadísticamente significativa para ninguna de las variables, la diferencia en dispersión o varianza sí lo es.

       La comparación de ambos modelos de subastas permite afirmar que las diferencias encontradas en los resultados de las subastas, tanto en probabilidad de venta como en precio de remate no son estadísticamente significativas, es decir, ambos modelos reportan el mismo ingreso esperado al vendedor. Este resultado corrobora el Teorema de la Equivalencia del Ingreso, cumpliéndose todos los supuestos del modelo de referencia menos el de neutralidad ante el riesgo, situación que se asume para el análisis del sector analizado. Por tanto, la subasta de Vickrey reporta los mismos ingresos esperados que la subasta al alza.

       No obstante, los resultados pueden matizarse, dado que si bien las diferencias entre ambos modelos no son estadísticamente significativas, en media, los resultados de las subastas por correo al analizar el porcentaje de adjudicación del número de lotes y el porcentaje de adjudicación del valor de los lotes son siempre superiores a las medias de las subastas en sala.

       Por tanto, la elección del vendedor en términos del modelo de subastas dependerá de su actitud ante el riesgo. Si el vendedor es indiferente al riesgo no tendrá ninguna preferencia, pues en media, ambos modelos tienen la misma probabilidad de venta y precio de remate. Si el vendedor es adverso al riesgo, optará por una subasta por correo, dado que las subastas en sala presentan una mayor varianza, siendo ésta estadísticamente significativa. Si el vendedor es propenso al riesgo, optará por una subasta en sala, dado que la varianza de la mediana del porcentaje de adjudicación del valor de los lotes es mayor. Este hecho se justifica porque en sala, los participantes pueden animarse al rivalizar con los otros compradores potenciales y elevar la puja, por lo que el ingreso esperado para el vendedor puede aumentar.

 

3.3.  OTROS FACTORES DISTORSIONANTES

Además, existen otros factores distorsionantes[22] que inciden en el resultado de las subastas en función del modelo escogido; nos referimos a los siguientes aspectos:

       La colusión entre los participantes, esto es, los acuerdos entre los posibles compradores de una subasta.

       La disuasión a entrar de nuevos participantes. 

       El comportamiento depredatorio de los participantes económicamente más fuertes, esto es, la actuación de ciertos participantes con el objetivo de crearse una reputación respecto a los demás de ser un participante fuerte, de forma que el resto se vea con menos posibilidades de ganar la subasta.

Así pues, las subastas por plica de primer precio y de Vickrey suelen tener mejores comportamientos que las subastas al alza, dado que se disminuye tanto la posibilidad de colusión entre los participantes, como la disuasión a entrar de los participantes más débiles en sentido económico y no favorecen el comportamiento depredatorio de los participantes más fuertes. 

 

3.4.  LIMITACIONES DEL PRECIO DE SUBASTA: LA ELECCIÓN DEL MODELO

Tal y como hemos visto, si bien el Teorema de Equivalencia del Ingreso crea un modelo teórico que afirma que el modelo de subasta no incide en el ingreso esperado del vendedor, esto es, en el precio de remate, la realidad es mucho más compleja. Así pues, al relajar las hipótesis del Teorema de Equivalencia del Ingreso se observan diferencias entre los distintos modelos de subastas. Y los estudios teóricos y empíricos muestran que la elección del modelo de subasta incide en el precio de remate de la misma. Por tanto, si el precio de subasta de un sello varía, es decir sufre una revalorización o devaluación, la única razón de su variación no es que su valor haya variado, sino que es posible que el modelo de subasta empleado haya sido distinto.  

Por tanto, si aceptamos el precio de subasta como valor de referencia para realizar análisis empíricos, sería preciso “normalizar” dichos precios en función del modelo de subasta escogido. Actualmente eso no es posible, dado que no se ha desarrollado ninguna tabla de conversión de precios en función del modelo de subasta empleado. 

Por tanto, la única solución para elaborar una base de datos que permita realizar análisis empíricos del mercado filatélico a través de precios de subasta, sería discriminar los precios obtenidos en función del modelo de subasta empleado, comparando sólo los que sean relativos al mismo sello, calidad y modelo de subasta. Dado que la información relativa a las subastas suele ser escasa y los valores filatélicos a valorar muy heterogéneos (tanto debido a la variedad del propio sello, como debido a la calidad del mismo), el emplear los precios de subasta como valor de referencia para elaborar análisis empíricos presenta limitaciones muy serias.

 

4.  FORMAS DE REALIZAR UNA SUBASTA

A continuación analizaremos cómo las diferentes formas de realizar una subasta influyen en la determinación del precio de remate. No hay que confundir las formas de realizar una subasta con los modelos de subasta analizados en el epígrafe 3.1. Así pues, podemos encontrar un mínimo de cuatro formas de realizar una subasta[23]:

       Subastas en vivo o en sala. Son aquéllas que se realizan en una sala donde los participantes pujan en cada momento por el lote que se está subastando. No obstante, también tienen la opción de haber pujado anteriormente por correo. Esta forma de realizar una subasta comprende a los modelos ya analizados de subasta al alza y a la baja[24].

       Subastas por correo. Son aquéllas en las que todos los participantes mandan sus ofertas por correo los días previos a la subasta y, posteriormente, la casa de subasta adjudica los lotes al mejor postor. Esta forma de realizar una subasta comprende a los modelos de subasta ya analizados de por plica de primer precio y de Vickrey[25].

       Subastas por Internet. Son aquéllas en las que la casa de subastas cuelga en su página web los catálogos digitalizados de los lotes y los participantes pujan a través de la red. Su duración se extiende a varios días o semanas, de modo que un participante puede realizar varias pujas hasta la finalización de la subasta, si éstas han sido superadas por otros participantes.

       Subastas en vivo por Internet. Son aquéllas que se realizan a través de la red y que tienen la misma duración que una subasta en sala o en vivo.

       Subastas simultáneas. Son aquéllas que se realizan en sala, pero que al mismo tiempo son retransmitidas por Internet en tiempo real, de forma que los participantes que están en sala y los que siguen la subasta a través de Internet, tienen las mismas oportunidades y ventajas.

Tal y como se ha mostrado en el epígrafe 3.2., las subastas en vivo o en sala difieren de las de correo en lo que respecta a la determinación final del precio de remate. De igual modo, podemos afirmar que las restantes formas de realizar una subasta (subastas por Internet, subastas en vivo por Internet y subastas simultáneas) inciden en la determinación del precio obtenido. A este respecto, cabe señalar que en cada una de estas tres formas de subastar, el factor novedoso respecto a las subastas en vivo y en correo, es la introducción de Internet.

Y es que Internet ha supuesto una revolución en las comunicaciones y también en el comercio internacional. Así pues, según el Estudio sobre Comercio Electrónico B2C 2006 de la Asociación Española de Comercio Electrónico[26] (AECE) la cifra de negocio que ha generado en España el comercio electrónico B2C[27] en 2005 ha sido de 2.143 millones de euros. Respecto a la penetración de Internet en el mundo de las subastas, una muestra de su fuerte presencia es la proliferación de casas de subastas electrónicas que realizan subastas a través de Internet. Algunos ejemplos de este tipo de casas de subastas son: eBay, Doocollect y Teletrade.

El empleo de Internet para realizar subastas afecta, al menos, de las siguientes formas a la propia subasta:

       Globalización del mercado, dado que una subasta ya no se realiza en ningún lugar geográfico, sino que está abierta a todo el mundo.

       En consecuencia, aumento del número de participantes en la subasta. 

       Reducción de costes del participante respecto a los gastos generados por la simple presencia en la subasta, dado que el único coste que tendrá será el del uso de su equipo informático y el de la conexión a red (el cual se va reduciendo por momentos), en contraste con los gastos de desplazamiento en las subastas en vivo o en sala.

       Reducción de la colusión entre los participantes, esto es, de los acuerdos entre los posibles compradores de una subasta, dado que puede haber mecanismos que impidan a los participantes de una subasta electrónica tener ningún tipo de contacto entre sí.

Por todas estas razones, la introducción de Internet en la forma de realizar las subastas puede influir en la determinación del precio de subastas, suponiendo una nueva limitación del empleo del mismo en bases de datos para realizar análisis empíricos, ya que sería preciso discriminar en dicha base de datos si la subasta incluía el empleo de la red o no.  Dado que la información relativa a las subastas suele ser escasa y los valores filatélicos a valorar muy heterogéneos, la inclusión de esta nueva variable en la base de datos supone una limitación muy seria.

 

 

 

5.                  FORMAS DE EFECTUAR LA PUJA

La forma de efectuar la puja puede incidir en la determinación del precio de la subasta, dado que las reglas de la subasta pueden designar que la forma de efectuar la puja sea libre o no.  Así pues, las pujas no son libres cuando el aumento de las mismas está sujeto a unos incrementos fijos marcados por la casa de subastas, en función del rango de precios en el que esté la puja. Por otro lado, las pujas son libres cuando el aumento de las mismas está totalmente en manos del libre albedrío de los participantes en la subasta.

El que la forma de efectuar la puja sea libre o no incide en las subastas, al menos, de las siguientes formas:

       El que la forma de efectuar la puja sea libre permite que se potencie el comportamiento depredador de los participantes, dado que al hacer incrementos de puja elevados, algunos participantes pueden crearse la reputación respecto a los demás de ser un participante fuerte, de forma que el resto se vea con menos posibilidades de ganar la subasta, fomentándose así la no participación en la subasta de los rivales que se vean con menos posibilidades de ganar.

       El que la forma de efectuar la puja sea libre permite crear las circunstancias ideales para que surja el denominado efecto de “calentamiento de la sala”[28], obteniéndose así precios más altos.

 

6.  LA EXISTENCIA DEL PRECIO DE RESERVA PRIVADO

El precio de reserva es el más bajo al que el vendedor está dispuesto a vender el lote. Este precio puede ser público (si coincide con el de salida) o privado (si no coincide con el precio de salida y se desconoce por parte de los posibles compradores) y, en todo caso, debe establecerse antes de la celebración de la subasta.

El argumento que frecuentemente se emplea al defender el establecimiento de un precio de reserva secreto[29] es que si se fija un precio de reserva público muy elevado habrá participantes que ni siquiera se planteen participar en la subasta. Por el contrario, si el precio de reserva es secreto, todos los participantes realizarán sus pujas, de forma que se puede “calentar la sala”, superar el precio de reserva y así vender el lote a un mayor precio. 

Por otro lado, el establecimiento de un precio de reserva inadecuado influye sobre la colusión o cooperación de los participantes. Según Mochón (2003), “si en una subasta ascendente el vendedor establece un precio de reserva bajo, los participantes saben que si llegan a un acuerdo pueden comprar el bien a un precio bajo y que la subasta se realizará de forma rápida, lo que facilitará la colaboración entre los rivales. Sin embargo, si el precio de reserva es elevado, los participantes más débiles quedarán excluidos de la subasta y la colusión resulta más complicada de realizar[30].

Si bien estudios teóricos[31] confirman que la existencia del precio de reserva privado permite la obtención de precios de remate superiores, análisis empíricos sectoriales[32] muestran todo lo contrario: que la existencia de precios de reserva secretos reduce los precios obtenidos en la subasta. De todos modos, sea de un modo u otro, la existencia del precio de reserva privado influye en el precio de subasta.

 

7.  LA HONESTIDAD DE LA CASA DE SUBASTAS

Otro factor que puede llegar a incidir en el precio de las subastas, de forma particular en las subastas de Vickrey, por plica de segundo precio o a sobre cerrado de segundo precio es la honestidad de la casa de subastas. 

Para explicarlo acudamos al siguiente ejemplo: “si el participante con la puja más alta ha ofrecido 1.000 euros y el participante con la segunda puja más alta ha ofrecido 500, el ganador, que ha ofrecido 1.000 euros, deberá pagar 500 euros más el incremento de puja. Sin embargo, la casa de subastas puede decir que la segunda puja más alta es de 900 euros y el ganador pagará 900 euros más el incremento de la puja. La estrategia dominante de ciertas casas de subastas poco escrupulosas puede ser la de engañar al ganador, especialmente en situaciones en las que hay mucha diferencia entre la puja ganadora y la segunda puja más alta[33].

Por lo tanto, la poca honestidad de la casa de subasta puede llegar a hacer subir artificialmente el precio de remate final, de forma particular en el caso de las subastas de Vickrey.

 

8.  LAS LIMITACIONES DEL PRECIO DE SUBASTA: CONCLUSIONES

Hasta el momento, ya se han analizado las siguientes limitaciones que presenta el precio de subasta como elemento clave para ser empleado en la elaboración de bases de datos que permitan realizar análisis empíricos en el mercado secundario filatélico:

       Dificultad al escoger el precio de subasta que servirá de referencia como valor de la filatelia.

       Dificultad e incluso, en ocasiones, imposibilidad de calcular las partidas que componen las valoraciones filatélicas atendiendo a los distintos principios de valoración. Dichas partidas son las siguientes: comisiones que deberá pagar el comprador y el vendedor a la casa de subastas, impuestos, capitalización a la tasa de inflación e importe de la última puja.

       Los precios obtenidos en subasta varían en función de, entre otros, los siguientes parámetros: modelo de subasta empleado, forma de realizar la subasta, forma de efectuar la puja y existencia del precio de reserva privado. Por tanto, si se optase por usar el precio de subasta como valoración para realizar análisis empíricos, sería preciso incorporar en la base de datos variables que denotasen las características de dichos precios para los parámetros supracitados. De este modo, sólo se podrían emplear precios de subasta con las mismas características, reduciéndose así la información comparable entre sí.

Además, el empleo de los precios de subasta como valor de referencia para analizar el comportamiento del mercado secundario filatélico presenta, al menos, seis limitaciones más.

En primer lugar, cabe señalar que las subastas filatélicas no engloban, ni mucho menos, la totalidad del mercado filatélico. Así pues, según expertos del sector y la Asociación Nacional de Filatelia[34], las subastas representan un 13% del volumen de negocio total en valor absoluto del sector de la filatelia en España, en venta al consumidor final o coleccionista. Por tanto, cuesta elevar el precio de subasta al rango de valoración filatélica de un sector, cuando su cuota de participación en el mismo es tan escasa. Por tanto, el precio de subasta es poco representativo del mercado filatélico.

 

En segundo lugar, otra limitación que tiene el precio de subasta es que la información  es muy opaca. Así pues, no siempre es posible conocer ni siquiera los precios de remate obtenidos en las subastas. El mundo de las subastas es muy hermético y, sin lugar a dudas, esto dificulta su estudio. Dicha circunstancia la pone de manifiesto Mochón (2003), respecto a los datos relativos a las subastas filatélicas y numismáticas en España, al decir: “Estos datos son difíciles de obtener, dado que se trata de un sector tradicional y cerrado y en el que la información es bastante sensible. Estas circunstancias explican que el sector de las subastas esté poco analizado desde un punto de vista científico, aunque sin embargo mueve importantes cifras de negocio[35].

En tercer lugar, la información disponible no está sistematizada en modelos estandarizados, lo que dificulta la elaboración de bases de datos. Sin lugar a dudas, usar los precios de subasta en análisis empíricos exige una labor artesanal en la recopilación y tabulación de los datos.

En cuarto lugar, la información disponible es escasa. Prueba de ello es que, Mochón (2003) al elaborar su análisis de eficiencia de las casas de subastas españolas del sector filatélico y numismático, empleó las dos empresas líderes del sector. La filatélica representaba el 40% de su sector en lo relativo a las subastas, mientras que la numismática representaba el 60% del suyo. No obstante, entre ambas sólo realizaron 57 subastas en el período comprendido entre los años 2000 y 2002.

En quinto lugar, si usamos el precio de subasta para realizar las valoraciones filatélicas, puede ocurrir que la última subasta donde se hubiese vendido el sello que deseamos valorar, no haya ocurrido recientemente, con lo que el precio de la subasta ha quedado completamente obsoleto (aunque como valor de referencia, siempre se podría actualizar dicho precio con la tasa de inflación correspondiente, si bien incurriríamos en un margen de error debido a dicha simplificación). 

Finalmente, en sexto lugar, también ocasionaría dificultades el hecho que la calidad del sello subastado por última vez difiriese de la calidad del sello que se desea valorar. En este caso, dicho precio de subasta no sería representativo, con lo cual sería necesario hallar el precio de la última subasta donde se hubiese vendido el mismo sello, con la misma calidad, ampliándose así el margen temporal entre el momento deseado de valoración y la última subasta.

Por todas estas razones, consideramos que el precio de subasta presenta más limitaciones que ventajas a la hora de emplearlo como elemento definitorio del valor de un sello, con lo cual no es el idóneo para emplearlo a la hora de elaborar análisis empírico respecto a la filatelia.

 

 

9.1. OBJETIVO

Dado que el precio de subasta no es el candidato idóneo para realizar análisis empíricos, el objetivo perseguido es analizar si el precio de catálogo puede ser empleado como precio de referencia del mercado secundario filatélico para realizar análisis empíricos. 

Para ello, se analizarán, en primer lugar, qué es un catálogo filatélico así como la información que suele contener (epígrafe 2.) y cuáles son los principales catálogos filatélicos de reconocido prestigio internacional existentes en el mercado (epígrafe 3.). Seguidamente, se analizarán tanto el concepto, como las bondades y las limitaciones que presentan los precios de catálogo (epígrafe 4.). Finalmente (epígrafe 5), y en vista de todo lo analizado, se propondrá, como conclusión, un modelo de valoración que facilitará la elaboración de análisis empíricos relativos a la inversión en filatelia.

 

10.                    2. LOS CATÁLOGOS FILATÉLICOS

Los catálogos filatélicos son instrumentos de información que disponen tanto los comerciantes como los coleccionistas que sirven de “elemento de consulta y referencia imprescindible para otorgar a nuestra colección una estructura lógica y coherente, y para clasificar e identificar adecuadamente todos los sellos[36].

Los catálogos son publicaciones elaboradas por las asociaciones de comerciantes filatélicos de cada país y la información que suelen contener, respecto a los sellos que han tenido curso legal, es la siguiente:

       Ilustración del sello. Ésta puede ser a tamaño original o a escala.

       Numeración del sello. Cada catálogo suele usar un sistema de numeración diferente que permite identificar el sello respecto a los demás.

       Año de emisión. Año en el cual fue emitido el sello.

       País. Territorio o país emisor que ha emitido el sello.

       Valor facial. Precio al cual fue emitido el sello, esto es, precio del sello en el mercado filatélico primario o de emisión.

       Tirada. Número de ejemplares que se emitieron de dicho sello.

       Motivo. Razón conmemorativa por la cual se ha emitido el sello.

       Color. Color predominante en el sello. Este dato es útil sobretodo para diferenciar los sellos básicos[37] cuya única variación entre los sellos de la misma emisión es el cambio de color y de valor facial.

       Variedad. Algunos sellos tienen variedades en función del tipo de emisión empleado, siendo algunas de ellas las siguientes: mini hoja, carnet, entrecinta, sin dentar, hoja en blanco y negro, prueba en color progresiva, sobre entero postal, prueba lujo, hoja bloque especial, hojita colectiva, mini pliego sin dentar, mini pliego, tarjeta entero postal y sobre primer día.

       Número de dientes. Los dientes de un sello son las ondulaciones que presentan algunos sellos (denominados en el argot filatélico como sellos dentados) en su marco externo. El número suele indicarse tanto para el lado horizontal como para el vertical del sello.

       Precio del sello según catálogo. Es la variable clave y suele presentarse para las siguientes tres calidades: sellos nuevos (sin señal de fija sellos), sellos con charnela y sellos usados.

       Precio de la serie según catálogo. Es el precio de todos los sellos pertenecientes a una misma emisión[38].

Podemos encontrar diferentes tipos de catálogos filatélicos, si bien los más frecuentes son los siguientes:

       Nacionales. Son aquéllos que enumeran cronológicamente todos los sellos emitidos a lo largo de toda la historia postal de un territorio o país emisor.

       Temáticos. Son aquéllos que enumeran cronológicamente todos los sellos emitidos por todos los emisores filatélicos, pertenecientes a una temática de colección filatélica.

 

11.                    3. CATÁLOGOS FILATÉLICOS DE RECONOCIDO PRESTIGIO INTERNACIONAL

Los editores de catálogos a nivel internacional están asociados en la ASCAT (Asociación Internacional de Editores de Catálogos de sellos, álbumes y publicaciones filatélicas[39]). Sus miembros son los que se muestran en la tabla 1.

Tabla 1.: Miembros de la ASCAT

 

Nombre de la compañía

País

AFA –Forlaget

Dinamarca

Afinsa Bienes Tangibles, S.A.

España

Anfil, S.A.

España

Artphila

Chequia

ATM Internacional

Alemania

Banque du Timbre

Luxemburgo

Bartoli S. A.

Francia

C. E. I.

Italia

C. I. F.  S.R.L.

Italia

C.P.B.N.T.P.

Bélgica

Cronaca Filatelica

Suiza

D B Z  Philatelie-Verlag GmbH

Alemania

Domfil Catálogos Temáticos

España

Eder  S.R.L. / Cronaca Filatelica

Italia

Edifil, S.A.

España

Editions Cérès

Francia

Editions Yvert & Tellier

Francia

Ernesto Marini  S.R.L.

Italia

Facit Förlags AB

Suecia

Ferchenbauer Verlag

Austria

Filatelia - Editoria

Italia

Filatelistisk Forlag A/S

Noruega

Giulio Bolaffi Editore  S.R.L.

Italia

Global Philatelie GmbH

Alemania

H. E. Sieger GmbH

Alemania

Il. Giornale Filatelico

Italia

International Philatelic Service

Sudáfrica

Japan Phil. Society Foundation

Japón

La Bourse du Timbre

Francia

Lamas Bolaño, S.A.

España

Leuchtturm Albenverlag

Alemania

Nombre de la compañía

País

Lindner Falzlos Gmc

Alemania

Maandblad Filatelie

Holanda

Marka Publishing and Trading

Rusia

Mezhdunarodnaya Kniga

Rusia

Michel/Schwaneberger Verlag GmbH

Alemania

N.V.P.H.

Holanda

Namakanish

Armenia

Orestis Vlastos Ltd

Grecia

Oslo Filatelisklubb

Noruega

Philapress Verlag

Alemania

Philatelia Hungarica

Hungría

Philatélie Magazine

Francia

Postimerkkiliike Lauri Peltonen Kb

Finlandia

Prinz Verlag GmbH

Alemania

Qui Filatelia

Italia

Sassone Editrice  S.R.L.

Italia

Schaubeck Verlag

Alemania

Slovenika

Eslovenia

Software Generation

Holanda

Stamp Magazine - IPC Media

Reino Unido

Standard Collection

Rusia

Stanley Gibbons

Reino Unido

Svensk Filatelistik Tidskrift

Suecia

The World of Stamps

Rusia

Théodore Champion

Francia

Uitgeverij Davo

Holanda

Verlag Austria Netto Katalog

Austria

Victor A. Liapine Publishing

Rusia

Wenca Group

Noruega

Zumstein + Cie

Suiza

Fuente: ASCAT

Si bien existen muchos catálogos filatélicos, no todos tienen un reconocido prestigio internacional que los hacen valedores de ser referentes en el mercado filatélico. A continuación, analizaremos algunos de estos catálogos que son reconocidos internacionalmente por su prestigio.

 

 

3.1. YVERT-ET-TELLIER 

Yvert-et-Tellier es una empresa comerciante de sellos y editora de literatura filatélica fundada en 1895 en Amiens, en el norte de Francia, siendo uno de los editores filatélicos más importantes de Francia junto a Cérès y Dallat.

El grupo empresarial fue fundado en 1831 por Eugène Yvert como imprenta de un periódico. La especialización en filatelia tuvo lugar en 1895 por el nieto de Eugène Yvert, Louis Yvert y su impresor jefe, Théodule Tellier.

Actualmente, la compañía sigue en manos de la familia Yvert.

Su historia como editores de catálogos se inicia en noviembre de 1896, fecha en la que publicaron un catálogo de sellos y un álbum de sellos. El éxito fue inmediato por el hecho de que la numeración era lógica y permanente[40]. En 1900, Yvert-et-Tellier se asoció en París con el comerciante filatélico Théodore Champion quien le proporcionó los precios de los sellos, ya que se dedicaba a la venta de sellos de todo el mundo. Tras la muerte de Champion en 1955, Pierre Yvert y los hermanos Varga compraron la compañía de Champion y esta nueva empresa siguió dando los precios a Yvert-et-Tellier. En abril de 1913, Tellier vendió su parte de la compañía a Louis Yvert, quien por amistad decidió mantener el nombre Tellier en los catálogos.

En los últimos años, otros catálogos han obtenido una mayor aceptación por parte de los coleccionistas franceses. Yvert-et-Tellier puso copyright a su numeración pero, desde marzo de 2005, a instancias del Consejo de la Competencia de Francia, accedió a vender a otros editores los derechos para usar su numeración.

El principal producto de Yvert-et-Tellier es un catálogo de sellos que es usado como referencia por los filatélicos franceses, incorporando los sellos de los siguientes emisores: Francia, correo francés en Andorra, Mónaco, antiguas colonias francesas y su historia filatélica como estados independientes. 

Actualmente, Yvert-et-Tellier es una de las referencias internacionales. El catálogo Yvert-et-Tellier incluye los sellos emitidos por todos los países del mundo, pero para los no europeos, los volúmenes se organizan en orden alfabético, en contraste con Michel que usa una clasificación geográfica. Entre sus publicaciones más recientes están las siguientes:

       Timbres de France le Spécialisé.

       Classiques du Monde 1840-1940.

       Guide Mondial des Timbres Erronés (2 Vols.).

       Tome III 2003 (1ere Partie). Timbres Europe de L’Ouest: d'Allemagne à Grèce.

       Tome IV 2003 (1ere Partie). Timbres Europe de l'Est: d’Albanie à Pologne.

       Tome IV 2003 (2eme Partie). Timbres Europe de l'Est: de Roumanie à Ukraine.

       Tome III 2004 (3eme Partie). Timbres Nouveau Europe de l'Ouest: de Portugal à Yougoslavie.

       Timbres des Colonies Françaises 2006.

       Timbres des Pays d’Autre Mer Vol. 1.  L'Afrique du Sud et ses Anciens Bantoustans, l'Argentine, le Brésil, l'Australie et Les Emirats Arabes.

       Timbres des Pays d’Autre Mer Vol. 2. De Caïmans à Dominicaine.

       Tome 1 Bis. Andorre Espagnol, Andorre Français, Colonies Françaises, Europa , Mayotte, Mission de l'ONU au Kosovo, Monaco, Nation Unies (Genève), Nation Unies (New York), Nation Unies (Vienne), Océanie, Polynésie, Saint-Pierre et Miquelon, Tahiti, Terres Australes et Antarctiques Françaises.

       Tome II 2006. (2eme Partie). Pays Indépendants d'Afrique à Laos.

       Tome VII 1998 (1ere Partie). Emissions Outre Mer: d’Océan Indien à Samoa.

       Tome VII 1998 (2eme Partie). Emissions Outre Mer: de Seychelles à  Zoulouland.

       CD Monaco 2006.

 

3.2. DOMFIL

La Editorial Filatelia Domfil, con sede en Sabadell, provincia de Barcelona, fue fundada en 1988. Desde esa fecha, Domfil ha ido editando nuevos catálogos temáticos y nacionales que se han exportado a todo el mundo y ha estado presente en numerosas ferias, en las cuales muchas de sus publicaciones han recibido reconocimiento en la forma de premios y medallas. 

Actualmente, todas las ediciones Domfil están editadas en español e inglés e impresas a todo color siguiendo su propia numeración de los sellos, además de las numeraciones de otros importantes catálogos.

Domfil se ha especializado en la edición de catálogos temáticos con el propósito de ofrecer al coleccionista temático una herramienta que le permita de forma sencilla seleccionar y reunir las emisiones de la temática que le interesa. 

 

3.3. MICHEL

El primer catálogo de Hugo Michel se publicó en 1910. Se trataba de un delgado volumen de 112 páginas con los sellos de los países europeos y sus oficinas ubicadas en el extranjero. Hugo Michel, con el tiempo, vendió sus derechos sobre el catálogo al editor de álbumes Schwaneberger, en cuyo poder siguen aún.

El catálogo básico consta actualmente de quince volúmenes que contienen los sellos de todos los países y estados emisores. A pesar de que el tamaño ha aumentado considerablemente, la estructura del catálogo se ha mantenido. Los sellos de cada país se ordenan por series y las series se ordenan cronológicamente. Cada sello tiene un número Michel asignado, que es único y universalmente reconocido. También se indica el valor facial.

La numeración de Michel es usada por la mayoría de los coleccionistas en países germano hablantes y de Europa del este, como referencia para los sellos de estos países. La claridad y el prestigio de los listados de Michel están haciendo que sean más  populares aún en otros países. Regularmente aparecen nuevas ediciones, con explicaciones detalladas de los cambios, avances en la investigación filatélica, nuevas listas de errores y variedades, precios revisados y nuevas emisiones. 

El Catálogo Michel se publica en alemán y se pueden adquirir en otros países a través de una amplia red de distribuidores. Los quince volúmenes del Catálogo Michel siguen, actualmente, el siguiente orden geográfico:

       MICHEL-Deutschland-Katalog: abarca todos los sellos alemanes, incluyendo los estados alemanes, colonias, protectorados, oficinas postales en el extranjero, emisiones de ocupación, Danzig, Saar y las anteriores administraciones postales de Berlín del Este y Alemania del Este.  

       MICHEL-Europa-Katalog, Band 1: Austria, Liechtenstein, Suiza, Francia, Mónaco, España, Portugal, ONU Ginebra y ONU Viena.

       MICHEL-Europa-Katalog, Band 2: Italia con San Marino y Vaticano, los países balcánicos, Bulgaria, Turquía y Chipre.

       MICHEL-Europa-Katalog, Band 3: países escandinavos.  

       MICHEL-Europa-Katalog, Band 4: Moldavia, Polonia, Rumania, Rusia, Unión Soviética, Checoslovaquia, Chequia, Eslovaquia, Ucrania, Hungría y Bielorrusia.  

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 1, Nord und Mittelamerika: abarca los países continentales desde Panamá hacia el norte.  

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 2, Karibische Inseln: contiene las islas del mar Caribe, las Bahamas y las Bermudas.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 3, Südamerika: dedicado a América del sur, pero no incluye ni las islas Malvinas  ni los territorios antárticos.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 4, Nord und Ostafrika: abarca el norte del Sahara y los países de la costa este, desde Egipto a Tanzania.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 5, Westafrika: países al sur del Sahara, desde Cabo Verde al Congo.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 6, Südliches Afrika: el resto de países de África, así como las islas del Atlántico y del Océano Índico y el Golfo de Guinea.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 7, Australien, Ozeanien, Antarktis: Australia, Oceanía y Territorios Antárticos.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 8 Süd und Südost-Asien: sur y sudeste asiático, incluye también a Indonesia y Filipinas.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 9, Mittel und Ostasien: el norte del Himalaya, Irán, Afganistán y Japón.

       MICHEL-Übersee-Katalog Band 10, Naher Osten: Oriente Medio.

 

3.4. STANLEY GIBBONS

Stanley Gibbons Ltd. fue fundada en 1856 por Edward Stanley Gibbons quien, a partir de su afición por el coleccionismo de sellos, creó una de las más conocidas compañías dedicadas a esta actividad, editora de un catálogo de reconocido prestigio. 

En 1864 se publicó el primer ejemplar de lo que se puede considerar el primer catálogo Stanley Gibbons: Descriptive Price List and Catalogue of British, Colonial and Foreign Postage Stamps. Así se establecieron las bases para que Stanley Gibbons llegara a ser no sólo una reconocida empresa filatélica, sino también una prestigiosa editora filatélica. En el año 1879 el catálogo había alcanzado las 100 páginas y se incluían imágenes de los sellos. Más tarde se añadió la numeración de los sellos de cada país y se vinculaban a sus espacios correspondientes en los álbumes.

El 20 de julio de 1890 apareció el primer número de Stanley Gibbons Monthly Journal, el cual en 1927 se convirtió en Gibbons Stamp Monthly, coincidiendo con la nueva dirección de la compañía. Pero el hito del momento fue la publicación del Simplified Stamp Catalogue, generalmente conocido como Stamps of the World.

En el año 1959, S. Gibbons adquirió una de las casas de subastas filatélicas más antiguas: Harmer Rooke and Co. Ltd. Y en 1962, S. Gibbons se fusionó con H. E. Wingfield y, finalmente, junto con Harmer Rooke, se creó el Grupo Stanley Gibbons.

En 1957, Stanley Gibbons se unió a Whitman Publishing Company of Wisconsin para producir el Whitman Stamp Catalogue, con los precios en dólares que incluía los contenidos de Stanley Gibbons. Part I y el listado de Naciones Unidas y los sellos de Estados Unidos. 

En 1975, se alcanzó el ambicioso objetivo que se había planteado en 1972: incluir los sellos de ciertos países en los catálogos. Se empezó con la edición en 1972 de Europa, en tres volúmenes, y se continuó con los países de Ultramar, en cuatro volúmenes.

Algunas de las ediciones publicadas por Stanley Gibbons a lo largo del año 2005, son las siguientes:

       GB Specialized. Vol. 2 (12ª edición): abarca desde el reinado de Eduardo VII  hasta el de Jorge VI.

       GB Specialized. Vol. 3 (11ª edición): desde la Reina Isabel II.

       Commonwealth & British Empire Stamp 2005.

       Commonwealth Simplified Catalogue 2005.  

       Western Europe Simplified Catalogue 2005. 

       Part 7. German (7ª edición).

       Part 9. Portugal and Spain (5ª edición).

Actualmente, Stanley Gibbons actúa como Sociedad de Inversión Filatélica dado que oferta productos de ahorro e inversión basados en bienes tangibles de colección, concretamente, en filatelia.

 

3.5. SCOTT

Scott Publishing Company lleva más de 130 años dedicada al mercado de la literatura filatélica. La compañía tiene prestigio mundial como la editora de Scott Standard Postage Stamp Catalogues

La compañía fue fundada por un joven inmigrante inglés, John Walter Scott, que comerció con sellos en un mercado al aire libre de Nueva York tras su llegada a América en 1863. Tras una breve estancia en el oeste, Scott volvió a Nueva York en 1867, año en el que se dedicó permanentemente a la filatelia, creando la primera lista de precios de sellos en junio de ese mismo año. Esta lista de una hoja es reconocida como la predecesora del actual  Scott Postage Stamp Catalogue

En un principio el fundador de la compañía estaba mucho más interesado en el comercio de sellos que en la edición de publicaciones, sin embargo, no se sentía contento sólo con esto. En 1868 creó el primero de un gran número de álbumes de sellos y empezó a publicar un periódico mensual, conocido como Scott Stamp Monthly. El primer catálogo Scott fue un panfleto de 21 páginas con el título Descriptive Catalogue of American and Foreign Postage Stamps, Issued from 1840 to Date. Lo publicó en septiembre de 1868,  con el objetivo de compilar todos los sellos del mundo con sus respectivos precios.

En la actualidad el catálogo Scott consta de seis volúmenes. Se actualiza anualmente y contiene todos los sellos de todo el mundo reconocidos por los editores de Scott y emitidos con fines postales. La numeración empleada por Scott es la usada por la mayoría de los coleccionistas de sellos en Estados Unidos. La compañía también produce catálogos especializados en sellos de Estados Unidos y en sellos clásicos del mundo emitidos en los primeros 100 años de la historia filatélica. Cada año se hacen importantes mejoras al catálogo. 

Cada sello incluye el número Scott, e información sobre su diseño, denominación, color, precio usado y no usado y anotaciones adicionales, cuando proceden. Aparte de la información relativa a los sellos, el catálogo incluye información sobre los precios basada en un análisis de mercado y en las ventas del año anterior. 

Los editores de este catálogo dominante en los Estados Unidos tienen una gran influencia en lo que en ese país se considera un sello postal válido. En ocasiones, existen sellos que nunca se han vendido en oficinas postales, recogidos por otros catálogos, que no son reconocidos por Scott. Como consecuencia, los comerciantes estadounidenses rechazan estos sellos. Por otro lado, no se recopilan sellos de los países en situación de embargo por Estados Unidos, ya que existe la imposibilidad de adquirir estos sellos legalmente, por lo cual no necesitan esta información. Los cambios políticos con frecuencia afectan al listado de sellos; por ejemplo, Corea del Norte apareció tras años de ausencia.

 

12.                    4. EL PRECIO DE CATÁLOGO

Los precios que se reflejan en un catálogo son “precios informativos del mercado filatélico del momento”[41]. Por lo tanto, los precios que ofrecen los catálogos son tan sólo de referencia y el precio comercial no responde siempre a dicha valoración; aunque es cierto que se acercan bastante a la realidad ya que son aceptados por el mercado filatélico, es decir, los comerciantes y los coleccionistas, que se agrupan en asociaciones y federaciones para defender sus intereses y derechos y que actúan regulando el mercado.

En otros mercados podemos encontrar analogías respecto al precio de catálogo, las cuales merecen ser analizadas como ayuda para entender la idiosincrasia del precio de catálogo (epígrafe 4.1.). Tras analizar dichas analogías, se mostrarán cuáles son tanto las principales bondades (epígrafe 4.2.), así como las limitaciones (epígrafe 4.3.) que presentan los precios de catálogo como valores de referencia del mercado filatélico secundario.

 

4.1. ANALOGÍAS DEL PRECIO DE CATÁLOGO

Encontramos figuras similares a las de los catálogos filatélicos en otros mercados, tales como el de los vehículos usados, los cuales son comúnmente aceptados, de entre otros, por el Estado y los sujetos pasivos. Así pues, la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, en la exposición de motivos, reconoce que “la reforma de los elementos estructurales del Impuesto sobre el Patrimonio plantea como problema central el de la valoración de los distintos elementos patrimoniales de los que es titular el sujeto pasivo. La regla más acorde, con una justa determinación de la capacidad contributiva, como es la que remite esta cuestión al valor de mercado, debe ceder en muchos casos su lugar a reglas específicas de valoración en beneficio de la seguridad jurídica del contribuyente que no puede discutir anualmente con la Administración dicho valor con respecto a sus bienes. La consecuencia es la aparición en el sistema tributario de nuevas reglas de valoración respecto de bienes que ya son objeto de valoración o de comprobación de valores a efectos de otros tributos, singularmente los transmisorios, lo que determina, a su vez, la demanda de que la legislación configure un valor fiscal unitario aplicable a los bienes en todo el sistema tributario”. 

Así pues, el artículo 18 de la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, establece que para determinar el valor de mercado de los vehículos usados, se podrán usar las tablas aprobadas por el Ministerio de Economía y Hacienda, a efectos del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. 

Un ejemplo de estas tablas, se encuentra en los anexos I, II, III y IV de la Orden de 14 de diciembre de 2001, por la que se aprueban los precios medios de venta aplicables en la gestión del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones e Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte. En el anexo I de esta Orden se relacionan 2.805 vehículos y 416 todo terreno, lo cual supone un total de 3.221. En dicho anexo se especifica la marca, el modelo o tipo, la cilindrada del motor (en centímetros cúbicos), el número de cilindros, las características, los caballos de vapor fiscales y, lo más importante, el valor en euros para el año 2002 de todos los vehículos que se comercializan en el mercado español del automóvil. A dicho importe, es necesario aplicarle los coeficientes reductores que se encuentran en el anexo IV de esta Orden, en función de los años de utilización del vehículo[42].  

Obviamente, el precio hallado para los vehículos usados no coincide siempre con el valor de mercado, dado que los primeros no ponderan todas las características de los bienes. Así pues, por ejemplo, para hallar el precio de un vehículo usado tan sólo se analiza su modelo y los años de uso, ignorando otras variables tan importantes como el kilometraje o el estado de conservación del mismo. No obstante, si bien estos valores presentan ciertas limitaciones debido a la simplificación del modelo usado al valorarlos, el precio obtenido es utilizado no tan sólo a efectos fiscales, sino también para determinar indemnizaciones, sumas aseguradas, embargos, etcétera.

La valoración del precio de los vehículos usados, basada en una tabla donde se particulariza el precio para cada modelo, se justifica por la, hasta cierto grado, estandarización de los vehículos usados, dado que todos ellos pueden ser catalogados dentro de un modelo. De igual forma, los sellos de colección pueden ser catalogados en función de su correspondiente emisión. Por lo tanto, la valoración del precio en el mercado filatélico debería ser similar a la de los vehículos usados, esto es, por medio de tablas donde se particularice el precio para cada sello y emisión. 

A este respecto, cabe señalar que el artículo 27 de la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre el Patrimonio, permite una tasación pericial para aquellos bienes y derechos mencionados en los artículos 18[43], 19[44] y 24[45][46][47]0, excepto cuando se haga uso de las tablas de valoración de vehículos usados aprobadas por el Ministerio de Economía y Hacienda, a efectos del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Dado que los sellos no tienen un tratamiento individualizado en la Ley 19/1991, de 6 de junio, éstos son uno de los “demás bienes y derechos de contenido económico” del cual trata el artículo 24. Por lo tanto, se acepta una tasación pericial a efectos del Impuesto sobre el Patrimonio para los sellos.

Por lo tanto, dado que los catálogos filatélicos son hasta cierto grado valoraciones periciales y éstas se realizan por cada sello o emisión de sellos, permitiendo formar un listado de los mismos, consideramos que la valoración del precio en el mercado filatélico secundario debería hacerse teniendo en cuenta las valoraciones de los catálogos filatélicos.  

 

4.2. BONDADES DEL PRECIO DE CATÁLOGO

Tal y como se ha razonado en el epígrafe 4.1., los precios de catálogo son valoraciones periciales que realizan verdaderos expertos del sector filatélico que permiten conocer el valor de un sello. Además, el empleo de los precios de catálogo como valor de referencia para analizar el comportamiento del mercado filatélico presenta serias ventajas. 

En primer lugar, respecto a su representatividad del mercado filatélico, cabe señalar que los precios de catálogo suelen usarse por parte de los comerciantes filatélicos para cifrar el precio de venta de los sellos. Si bien las subastas simplemente representan el 13% del volumen de negocio total en valor absoluto del sector de la filatelia en España, en venta al consumidor final o coleccionista (motivo por el cual el precio de subasta es poco representativo del mercado filatélico), el 80% de las ventas del sector corresponden a venta directa en tienda y ofertas por correo[48]. Y es en este tipo de ventas donde se usa el precio de catálogo para cifrar el importe a pagar por parte del comprador filatélico. Por tanto, el precio de catálogo es el más representativo del mercado filatélico, dado que la mayor parte de las transacciones realizadas se basan en ese precio.

En segundo lugar, y a diferencia de la opacidad de la información relativa a los precios de subasta, los precios de catálogo presentan valoraciones anuales para todos los sellos de curso legal emitidos, diferenciando variedades y calidades. Por tanto, la información es clara y transparente. No obstante, si bien la información es más abundante que la relativa a las subastas, sigue siendo escasa, dado que permite conocer la valoración filatélica tan sólo de forma anual.

En tercer lugar, la información disponible está sistematizada en modelos estandarizados, con numeraciones de cada uno de los sellos emitidos por un país, indicando con claridad sus variedades y calidades.

 

4.3. LIMITACIONES DEL PRECIO DE CATÁLOGO

No obstante, los precios de catálogo son sólo precios orientativos del mercado filatélico, que no siempre van a coincidir con el precio obtenido en una subasta. La tabla 2,  muestra tanto los precios de catálogo como los de salida y remate obtenidos en dos subastas acontecidas el 10 de mayo de 1996 (“Ecuador y Países iberoamericanos”, la cual denominaremos subasta A) y el 21 de noviembre de 1995 (“Angelo Lima”, la cual denominaremos subasta B) realizadas por la casa de subastas Afinsa Auctions. Tal y como puede observarse en esta tabla, los precios recogidos en catálogos de años posteriores a la realización de estas subastas eran inferiores a los de remate obtenidos.

El que los precios de catálogo no coincidan exactamente con los precios obtenidos en una subasta, se debe, al menos, a tres circunstancias, que pasamos a analizar a continuación[49].

Tabla 2: Precios de catálogo versus precios de subasta (en miles de pesetas) 

 

País

Precio catálogos

Precio última subasta

Tipo

Año

Descripción

Precio (divisa)

Precio 

Subasta

Salida

Remate

Ecuador

Scott

1997

2c

½ Real azul. 1865-72

125 USD

19,075

A

30

60

Ecuador

Scott

1997

25

½ Real azul. 1865-72

(usado)

22,5 USD

3,433

A

15

15

Ecuador

Scott

1997

4a

1 Real amarillo oliva. 1865-72 (bloque de 9 ejemplares)

13 USD

por unidad

1,984

A

25

30

Chile

Scott

1997

1

5 centavos chocolate.

1854 (con marquilla)

375 USD

57,225

A

80

80

España

Edifil

1998

801

30 céntimos 1936.

Escudo de España (nuevo) 

 

130

A

190

190

España

Edifil

1998

49

1 Real 1856-59. Isabel II

 

3

A

25

26

España

Edifil

1998

255

10 pesetas. 1901-05.

Alfonso XIII

 

65

A

47

75

España

Edifil

1998

596s

15 céntimos. 1931.

Alfonso XIII

 

35,5

A

45

85

España

Edifil

1998

946s

4 pesetas. 1941-47. Juan de la Cierva

 

63

A

130

150

España

Edifil

1998

1083

1950. Visita caudillo a Canarias. Sin cifra control al dorso

 

700

A

750

750

Portugal

Yvert 

1998

1

5 reis, tipo I. 1853. D.

María II (nuevo)

12.000 FRF

336

B

375

400

Portugal

Yvert 

1998

2

25 reis, tipo I. 1853. D.

María II (matasellado)

500 FRF

12,65

B

40

110

Portugal

Yvert 

1998

3

50 reis, tipo I. 1853. D.

María II (nuevo)

18.000 FRF

455,4

B

600

600

Portugal

Yvert 

1998

1

50 reis, tipo I. 1853. D. María II (nuevo, tira de cuatro)

18.000 FRF  por unidad

455,4

B

4.000

4.250

Portugal

Yvert 

1998

4

100 reis. 1855/56. D.

María II (nuevo)

120.000 FRF

3.026

B

2.750

3.750

Portugal

Yvert 

1998

4

100 reis. 1855/59. D. María II (nuevo: par horizontal)

120.000 FRF  por unidad

3.036

B

15.050

26.000

Portugal

Yvert 

1998

6

25 reis. Tipo I. 1855/56. D. Pedro V (nuevo)

4.000 FRF

101,2

B

110

160

Portugal

Yvert 

1998

8

100 reis. 1855/56. D. Pedro V (nuevo: par horizontal)

4.000 FRF  por unidad

101,2

B

240

250

Portugal

Yvert 

1998

15

25 reis. 1862/64. D. Luis

I (nuevo)

500 FRF

12,65

B

70

70

Portugal

Yvert 

1998

17

100 reis. 1862/64. D. Luis I (nuevo: par horizontal)

4.000 FRF x 3

101,2

B

325

425

Fuente: Coca (1998)

En primer lugar, la formación de los precios de catálogo se realiza por las asociaciones de comerciantes filatélicos de cada país y, dependiendo de la ética profesional de cada asociación, serán más o menos serios en la confección de dichos catálogos[50]. No obstante, las asociaciones de comerciantes tienen que reflejar la veracidad del precio,  ya que si no son reales, las asociaciones de coleccionistas no las tendrían en cuenta. 

En segundo lugar, los stocks de los comerciantes afectan al precio de catálogo. Así pues, cuando éstos no tienen stocks sobre unos determinados sellos no se producen subidas, mientras que cuando sí tienen stocks se producen subidas[51].

Respecto a estos dos primeros aspectos, sería muy pertinente para reducir los niveles de subjetividad en los criterios usados para confeccionar los precios de catálogo, el que futuras investigaciones contemplaran la posibilidad de elaborar medidores de eficiencia de las tasaciones de los catálogos filatélicos. Así pues, si se elaborara una base de datos con los precios de diferentes catálogos para una misma filatelia (por ejemplo, todo el continente europeo), podría obtenerse el valor medio de dichos precios. Por tanto, se podrían confeccionar medidores de eficiencia que se basarán en el cálculo de distancias respecto al precio de catálogo medio obtenido, despreciando los valores máximos y mínimos, para cada sello. Si dichos medidores de eficiencia se elaboraran por instituciones independientes (por ejemplo, Universidades o Academias de Ciencias) y se publicara tanto la metodología empleada como los resultados obtenidos (quizás usando el formato de ranking), los editores de catálogos deberían progresivamente reducir sus criterios subjetivos en pos de la objetividad que les permitiría mejorar sus ratios de eficiencia y, por ende, ascender su posición en el ranking.

Finalmente, en tercer y último lugar, los catálogos diferencian tan sólo entre sello nuevo, sello con charnela y sello usado, mientras que los coleccionistas diferencian catorce calidades diferentes en un mismo sello[52].

Obviamente, en función de las calidades el precio oscilará a la alza o a la baja.

 

13.                    5. CONCLUSIONES: MODELO PROPUESTO DE VALORACIÓN DEL MERCADO FILATÉLICO

Tal y como expusimos, el objetivo perseguido era diseñar un modelo que facilitase la elaboración de análisis empíricos relativos a la inversión en filatelia. Así pues, pasamos a desarrollar a continuación dicho modelo.

En primer lugar, es necesario escoger el precio de referencia a usar. A este respecto cabe señalar que, el precio de subasta presenta muchas y serias limitaciones, tales como: dificultad al elegir el precio de subasta que servirá de referencia, dificultad al calcular partidas que componen las valoraciones filatélicas, diversos parámetros inciden en el precio obtenido en subasta, poca representatividad del mercado filatélico e información muy opaca, no sistematizada en modelos estandarizados y escasa. Así pues, es necesario elevar el precio de catálogo como el precio de referencia por excelencia del mercado filatélico, si bien no va a coincidir siempre con el precio de mercado obtenido. Por lo tanto, se propone emplear el precio de catálogo para elaborar la base de datos que permita realizar análisis empíricos. 

No obstante, los precios que marcan los distintos catálogos para el mismo sello no siempre son los mismos. Por lo tanto, para suavizar la subjetividad que tienen los precios de cada catálogo, la valoración de los mismos se realizará incluyendo en la base de datos más de un catálogo de prestigio internacional, que permitirá obtener medidas de posición central para los precios filatélicos. 

Obviamente, dicha valoración se realizará anualmente, dado que los catálogos filatélicos tienen una periodicidad anual y sus precios suelen ser revisados de forma anual. 

También, habrá que tener en cuenta en la valoración, al menos las principales calidades de sellos que se distinguen en los catálogos filatélicos, es decir: sellos nuevos, sellos con charnela y sellos usados.

No obstante, como no podría ser de otro modo, este modelo presenta algunas limitaciones, siendo éstas las principales:

       La actualización de precios se realiza tan sólo anualmente, dado que ésta es la periodicidad habitual en la que se editan los catálogos.

       Existe divergencia entre los precios de los diferentes catálogos; si bien esta circunstancia puede salvarse acudiendo a alguna medida de posición central[53], esto es, calculado la media de los precios de los distintos catálogos para un mismo sello.

       Los precios de catálogo no tienen en cuenta todas las calidades, sino que tan sólo valoran tres de las hasta catorce posibles. 

 

14.                    BIBLIOGRAFÍA

       COCA PÉREZ, José Luis (1998): Análisis del Mercado Financiero de Bienes Tangibles: el Caso Particular de la Filatelia Financiera, Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid.

       COCA PÉREZ, José Luis (2001): La Inversión en Bienes Tangibles de Colección. Cien Preguntas Clave y sus Respuestas, Madrid: Dykinson, S.L.

       GRAMP, W. (1991): Arte, Inversión y Mecenazgo. Un Análisis Económico del Mercado del Arte, Barcelona: Ariel.

       KAGEL, J. H.; ROTH, A. (1995): The Handbook of Experimental Economics, Princeton (New Jersey): Princenton University Press.

       MOCHÓN SÁEZ, María Asunción (2003): Análisis de la Eficiencia de las Subastas: Aplicación al Sector Filatélico y Numismático, Tesis Doctoral, Universidad Nacional de Estudios a Distancia.

       TORRES PRUÑONOSA, José (2006): Un Análisis Empírico de los Factores Determinaciones de la Revalorización Filatélica: el Caso Particular de la Filatelia Europea, Tesis Doctoral, Universidad de Extremadura.

 

 

       COCA PÉREZ, José Luis (1998): Análisis del Mercado Financiero de Bienes Tangibles: el Caso Particular de la Filatelia Financiera, Tesis doctoral, Universidad Complutense de Madrid.

       COCA PÉREZ, José Luis (2001): La Inversión en Bienes Tangibles de Colección. Cien Preguntas Clave y sus Respuestas, Madrid: Dykinson, S.L.

       GRAMP, W. (1991): Arte, Inversión y Mecenazgo. Un Análisis Económico del Mercado del Arte, Barcelona: Ariel.

       KAGEL, J. H.; ROTH, A. (1995): The Handbook of Experimental Economics, Princeton (New Jersey):

Princenton University Press.

       KATKAR, Rama; LUCKING-REILEY, David (2000): “Public versus reserve prices in eBay auctions: results of a pokémon field experiment”, NBER Working Papers, Núm. 8183 (disponible en http://papers.nber.org).

       MOCHÓN SÁEZ, María Asunción (2003): Análisis de la Eficiencia de las Subastas: Aplicación al Sector Filatélico y Numismático, Tesis Doctoral, Universidad Nacional de Estudios a Distancia.

       TORRES PRUÑONOSA, José (2006): Un Análisis Empírico de los Factores Determinaciones de la Revalorización Filatélica: el Caso Particular de la Filatelia Europea, Tesis Doctoral, Universidad de Extremadura.

       RILEY, John G. y SAMUELSON, William F. (1981): “Optimal auctions”, American Economic Review, Vol. 71, Núm. 3, pp. 381-392.

       VINCENT, Daniel R. (1995), “Bidding off the wall: why reserve prices may be kept secret”, Journal of Economic Theory, vol. 65, pp. 575-584. 



[1] Por ejemplo, Mónaco, uno de los más de 150 emisores filatélicos, había emitido hasta el año 2003 un total de 2.858 sellos.

[2] Gramp (1991), p. 24.

[3] Coca (2001), p. 129.

[4] Mochón (2003), p. 33, 34.

[5] Véase Torres (2006), pp. 53-57.

[6] Partida necesaria para realizar la valoración según el principio de precio de adquisición.

[7] Partida necesaria para realizar la valoración según el principio de valor razonable.

[8] Partida necesaria para realizar la valoración según el principio de precio de adquisición.

[9] Operación necesaria tanto para valorar la filatelia según el principio de valor de mercado como al usar el principio de valor razonable en las valoraciones realizadas entre el momento de la compra y el de la venta.

[10] Coca (1998) demuestra a través de un análisis econométrico que, por cada punto porcentual de inflación acumulada durante un período de 10 años, la revalorización que experimenta la filatelia es de 2,86 puntos.

[11] Partida necesaria para realizar la valoración según el principio de valor razonable tanto para el momento de la compra, como para cualquier otro entre dicho momento y el de la venta.

[12] El cual puede hallarse en Mochón (2003), pp. 30, 31, 45-65.

[13] Mochón (2003), pp. 46-49.

[14] Por ejemplo, la subasta japonesa consiste también en una subasta al alza, no obstante, en vez de realizar sucesivas pujas, los participantes abandonan la subasta, sin poder volver a reincorporarse; con lo cual, se adjudica el lote al último participante que se mantiene en la sala.

[15] Este modelo de subasta debe su nombre a William Vickrey, premio Nobel de 1996.

[16] Mochón (2003), pp. 89-91.

[17] Mochón (2003), pp. 77-82.

[18] Según Mochón (2003), “los lotes que tienen una valoración común u objetiva son aquellos para los que existe una valoración de mercado y por tanto el valor del lote debería ser el mismo para todos los compradores” (p. 39).

[19] Según Mochón (2003), “la valoración privada o subjetiva de un lote hace referencia a aquellos lotes a los que cada comprador les da una valoración diferente, en función de aspectos personales e incluso sentimentales” (p. 40).

[20] Riley y Samuelson (1981), Kagel y Roth (1995).

[21] Dado que en estos sectores suelen utilizarse estos dos tipos de subasta: al alza y la de Vickrey.

[22] Mochón (2003), pp. 72-76, 90, 299, 300.

[23] Mochón (2003), pp. 30, 31.

[24] Véase el epígrafe 3.1.

[25] Véase el epígrafe 3.1.

[26] Este informe está disponible en la página web de la asociación: www.aece.org

[27] Siglas en inglés para Business to Consumer, esto es, modelo de negocio en el que compañías venden sus productos a los consumidores finales a través de Internet.

[28] En inglés, bidding momentum.

[29] Mochón (2003), pp. 42-45.

[30] Mochón (2003), p. 74.

[31] Vincent (1995).

[32] Katkar y Lucking-Reily (2000).

[33] Mochón (2003), p. 56.

[34] Mochón (2003), pp. 142, 143.

[35] Mochón (2003), p. 148.

[36] Coca (1998), p. 140.

[37] Son aquéllos que “soportan la máxima carga del consumo postal, y sus numerosas reimpresiones no están sujetas a disposiciones oficiales, sino que quedan a la discreción del correo. Al ser los efectos de mayor consumo y circulación, tradicionalmente han representado la efigie del Jefe del Estado, un emblema nacional o simplemente las cifras indicativas de su valor” [Coca (1998), p. 72].

[38] Una emisión es un “conjunto de sellos distintos que se ponen a la venta el mismo día y en virtud de una misma disposición oficial. Suelen responder a un mismo motivo, tema o idea inspiradora” [Coca (2001), p. 236].

[39] En francés, Association Internationale des Editeurs de Catalogues de timbres-poste, d’albums et de publications philateliques.

[40] Por aquella época los editores de catálogos cambiaban la numeración cuando descubrían sellos omitidos.

[41] Coca (2001), p. 125.

[42] En los anexos II y III de la Orden de 14 de diciembre de 2001, se regulan los precios de las embarcaciones a motor usadas.

[43] “Artículo 18.-Joyas, pieles de carácter suntuario y vehículos, embarcaciones y aeronaves. 

Las joyas, pieles de carácter suntuario, automóviles, vehículos de dos o tres ruedas, cuya cilindrada sea igual o superior a 125 centrímetros cúbicos, embarcaciones de recreo o de deportes náuticos, aviones, avionetas, veleros y demás aeronaves, se computarán por el valor de mercado en la fecha de devengo del Impuesto”.

[44] “Artículo 19. Objetos de arte y antigüedades.

[45] . Los objetos de arte o antigüedades, se computarán por el valor de mercado en la fecha de devengo del Impuesto.

[46] . Sin perjuicio de la exención que se contempla en el artículo 4, apartados 1, 2 y 3 de la presente Ley, se entenderá por:

a) Objetos de arte: las pinturas, esculturas, dibujos, grabados, litografías u otros análogos, siempre que, en todos los casos, se trate de obras originales.

b) Antigüedades: los bienes muebles, útiles u ornamentales, excluidos los objetos de arte, que tengan más de cien años de antigüedad y cuyas características originales fundamentales no hubieran sido alteradas por modificaciones o reparaciones efectuadas durante los cien últimos años”.

[47] “Artículo 24.-Demás bienes y derechos de contenido económico. 

Los demás bienes y derechos de contenido económico, atribuibles al sujeto pasivo, se valorarán por su precio de mercado en la fecha del devengo del Impuesto”.

[48] Mochón (2003), pp. 142, 143.

[49] Coca (2001), p. 125.

[50] Coca (2001), p. 126.

[51] Coca (2001), p. 130.

[52] Coca (2001), p. 129.

[53] Media aritmética, geométrica, harmónica, ponderada. 



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